Corazón de león (marino, of course)

Publicado el 14 de diciembre de 2011

No puedo evitar escribir este post comentando la emocionante experiencia que ayer nos brindaron los leones marinos, particularmente uno, del Zoo de Madrid.

Como sabéis llevo más de un año formando a los entrenadores del Zoo para cambiar su protocolo de entrenamiento conductista por uno cognitivo-emocional, esto es difícil con un equipo y unos animales que tienen que hacer varias exhibiciones cada día porque la introducción del nuevo modelo debe hacerse sin que se afecte la calidad de las conductas entrenadas de la anterior manera, algo que suponía un reto, pues hasta ahora siempre que había trabajado con entrenadores y animales experimentados no tenían problema en que se perdiera temporalmente la eficacia del entrenamiento.

La pieza clave para el éxito ha sido el equipo de entrenadores de mamíferos marinos, desde una cierta y muy razonable suspicacia inicial (¿quién es este tío de los perros que dice que los bichos pueden trabajar sólo para divertirse y para hacer algo junto a sus amigos humanos? Y sobre todo ¿qué ha fumado y quién es su camello?) hemos avanzado a tener una total confianza, además Carlos de las Parras, el jefe del equipo, y yo hemos conectado perfectamente, con un sentido del humor salvaje muy similar (creo que hemos horrorizado a buena parte de la gente que nos escuchaba) y una visión común del entrenamiento de animales que se aleja de la mística del “don inexpresable” y se centra en el trabajo continuado y consistente sobre conocimientos de calidad, ha sido el responsable de un equipo de entrenadores con el que más fácil me ha sido trabajar en toda mi trayectoria. Con mucha diferencia. Gracias Roy, Miguel, Carlos, Cacha, Pablo, Arancha, Craig, Roy, Berta e Irene (también tú Antonio, pero coño ven más).

Pero vamos al turrón, que empiezo con agradecimientos y ñoñerías varias y se me va la pinza, ya me extenderé en ese tema cuando toque. El caso es que ayer teníamos sesión de trabajo. Era una sesión relevante porque sería la primera en la que retiraríamos en varios leones marinos completamente el refuerzo primario (la comida) para dejar solamente procesos de refuerzo social (uso del afecto) y de auto-refuerzo de las conductas previamente entrenadas. El final del camino, vaya.

Lo cierto es que por diferentes motivos llevábamos tres semanas sin que yo fuera al Zoo y además dejaba en casa a uno de mis perros que está recién operado, mi cabeza no estaba al cien por cien en el trabajo y mi idea era repetir el último entreno que hicimos y dejar este avance, el más importante, para la semana siguiente. Pero en el Zoo el equipo de entrenadores había hecho los deberes y los animales tenían volumen de entreno de la fase anterior como para poder avanzar y, como es lógico, todos querían ver (¡por fin!) cómo se portarían los animales cuando supieran que, después de años de trabajo con refuerzos primarios, ya no aparecería comida durante la sesión de trabajo. Así que de repetir la sesión anterior nasti, era día de todo o nada.

Empezamos con Simón, un Patagonia que está muy vinculado a Pablo el entrenador que haría la sesión con él. Hicimos un breve recordatorio sobre cómo debíamos trabajar en esta etapa y los evaluadores que había que tener en cuenta para saber si el trabajo iba bien o era excesivo o inadecuado. Simón no es demasiado activo y era importante no alargarnos demasiado. Todo empezó bien, pero al rato uno de los evaluadores -que el animal al indicársele que podía actuar libremente no buscara el contacto afectivo con el guía- nos advertía de que la sesión se le hacía larga. Queríamos meter unos ejercicios más (el fallo más común de los entrenadores de cualquier especie), así que Pablo indicó a Simón que fuera a su espacio de calma para poder relajarse y continuar. Cuando volvió al trabajo se nos reactivaban los evaluadores de que la sesión era larga, así que lo dejamos. Un sabor agridulce: los evaluadores actuaron adecuadamente por lo que supimos cuándo tocaba parar y Simón había trabajado sólo con refuerzo social y auto-refuerzo, pero muy poco tiempo, era lo que habíamos comentado que podía sucedernos en las primeras sesiones de esta última etapa, todo se atenía a lo previsto pero desde luego no era un estallido de vistosidad.

Ahora le tocaba a Elvis y este nos preocupaba un poco más, Elvis es un California y, si los leones marinos de la Patagonia como Simón son los labradores, los de California son los malinois. Muy activos y con un carácter fuerte e impulsivo tienen una mayor tendencia a frustrarse y también es más fácil que muestren agresión. Irene, su entrenadora (y yo, y tod@s) temíamos que cuando Elvis descubriera que no iba a aparecer comida pudiera excitarse y frustrarse, volviéndose difícil de manejar hasta que se le llevara al espacio de calma (recordemos que no es un espacio físico, sino la inducción de relajación a través de una conducta-marco específica). Elvis salió con todo su nervio y empezamos a solicitarle las secuencias de conductas que se habían entrenado para ser auto-reforzantes. Las hacía con velocidad e implicación, parecía divertirse, pero aún no podíamos saberlo con seguridad. Cuando se le dejaba actuar libremente buscaba a Irene como a una buena amiga con la que compartir la diversión, la cosa iba bien.

Empezamos a ver con claridad cómo Elvis se lo pasaba mejor realizando las conductas en compañía de Irene y dirigido por ella que esperando comida, hasta que en un momento dado todos los entrenadores que estábamos en la grada rompimos espontáneamente a aplaudir: Irene y Elvis nos estaban enseñando en vivo lo que había sido nuestro objetivo durante un año. Todo había salido perfecto (recordad la máxima: detrás de un trabajo perfecto siempre hay un adiestrador sorprendido fingiendo naturalidad, en este caso la naturalidad no nos salió 🙂 ).

Pero Elvis aún nos tenía guardadas un par de sorpresas, cuando Irene jugó con él -espacio de juego- la buscaba activamente para que el juego fuera compartido, no tenía interés (como siempre sucedía antes) en tener el juguete si no era para interactuar con Irene. Dimos por terminada la sesión entre sonrisas y parabienes, habíamos decidido que para dejarles en sus instalaciones individuales mantendríamos el refuerzo de comida, porque esa conducta no podía ser autosatisfactoria y usar el afecto como refuerzo en este caso nos parecía injusto. Además no podíamos arriesgarnos a que, si no salía el trabajo, los animales deteriorasen una conducta tan importante para su manejo cotidiano.

Todos suponíamos que el gran hambrón que era Elvis iría rápido y feliz a guardarse para recibir su pescado cuando Irene se lo indicó, pero Elvis ignoró la oferta de comida: quería seguir haciendo cosas con su amiga. Aquí todos flipamos in colors y no pudimos evitar emocionarnos, después de años de trabajo en los que lo único importante era obtener un premio de comida habíamos conseguido que Elvis prefiriese estar con su entrenadora y realizar las conductas “de gratis” que un seguro y suculento refuerzo de comida a cambio de una conducta.

Fue un momento tan emocionante y bonito que creo que es justo compartirlo más allá de las palabras con algun@ de los lector@s de esta página y de l@s seguidor@s de EDUCAN, así que, si mi Wemamámaster da su permiso, que no veáis lo que manda, el próximo concurso en el Facebook de EDUCAN será para que uno de vosotr@s me acompañe en un entrenamiento en el Zoo en el que los animales trabajen por el gusto de hacerlo y de disfrutar de la compañía y afecto de su entrenador@. Palabrita del niño Jesús.

Comentarios:


  1. Tengo que reconocer que se me han puesto los pelos como escarpias.
    Si algo me impulsó a empezar a trabajar en vuestro método fue sin duda el sentir, aunque sólo fuera por un instante, que eres una parte de un conjunto donde «guía» sólo significa «el que indica el camino», y que el bicho no ve el trabajo como una serie de «putadillas» que me hacen hacer para zamparme unos suculentos trocitos de salchicha, o lo que es peor, para no llevarme un tión, etc., sino que piense: «¿hoy que tocará pelota, mordedor, junto, sentado,…? me da igual, el caso es jugar con mi guía».
    Un saludo y enhorabuena por tu trabajo Carlos, es gratificante ver que en este sector cada día hay gente más técnica, que para todo lo demás basta tiempo (o Mastercart)

  2. ana_Kira_Xsara - diciembre 14, 2011

    ¡¡Enhorabuena!!
    Me he emocionado y todo leyéndolo.

  3. conchippola - diciembre 14, 2011

    Ha sido Como Si Lo viviera … Me da rabia y a la vez una alegria inmensa. Que gran trabajo!!! Enhorabuena a todos por este magnifico trabajo. Hay cosas en la vida Que son magicas y esta es una de ellas. Muchisimas gracias por hacerme participe.besazos
    Ayer no podia dejar de sonreir , me contagiaste de alegria 🙂

  4. Emocionante, impresionante, sencillamente EXTRAORDINARIO!

  5. Fernando - diciembre 14, 2011

    Genial Carlos!
    No veo la hora de aprender a manejar espacios y distintas metodologías…todo tiene tanto sentido y conecta tan bien que a uno no paran de darle ganas de seguir aprendiendo con vosotros!
    1 abrazo!

  6. El tiempo nos pone a cada uno de nosotros en nuestro sitio.Ahora es la hora de poner a ciertos animalitos en el suyo.Vosotros con vuestro trabajo y buen hacer lo estáis consiguiendo.
    Enhorabuena,sois la leche.
    Que las cosas cambien para bien

    Saludos

  7. Enhorabuena Carlos! Hace unos meses pensé que no lo conseguiríamos. Me hubiera gustado estar ahí para verlo.

  8. Alejandra - diciembre 14, 2011

    EMOCIONANTE!!!, es lo primero que me vino a la mente. Obviamente también las felicidades para ti Carlos y todo el equipo!
    Un gran abrazo cognitivo.
    Alejandra.

  9. Jorge Ortega - diciembre 15, 2011

    Hola! Me ha parecido muy interesante ver cómo es posible sustituir los refuerzos primarios por el refuerzo social ( y el autorrefuerzo) sin que los leones marinos desarrollen frustración. Vivir ese cambio desde la perspectiva del guía debe ser algo impresionante. Me pregunto cómo habrá sido la forma de interactuar con Elvis por parte de Irene durante todo el proceso y si a los leones marinos les gustan tanto los masajes como a los perros… jeje..

    ¿Creéis que después de esto sería más fácil que Elvis creara vínculos afectivos con otros entrenadores? ¿O tal vez se trate de una relación exclusiva con esa única persona? ¿Veremos algún día leones marinos con APS?

    Lo cierto es que esta historia me recuerda a la de la orca Luna. Una orca salvaje que necesitó suplir sus necesidades sociales relacionándose con la gente. A quien no haya visto el documental se lo recomiendo…Aunque tal vez se le escape alguna lágrima. Sólo hace falta poner «Salvad a Luna» en google para verlo.

    Un abrazo!

  10. Carlos 😀 😀 😀

    Mi más sincera enhorabuena, he de decirte que me he emocionado leyendo esta entrada (en serio, se me han saltado las lagrimas), tanto por la gratificación que debes sentir con los resultados de tanto trabajo y la ilusión que se palpa en tus palabras como por haberme imaginado tooodo lo que describias como si hubiese estado allí con vosotros.

    Muchas gracias por compartirlo con todos nosotros.

  11. Sonia B. - diciembre 15, 2011

    Como los compañeros.. MUY EMOCIONADA.
    Si Ruth, según lo leia lo estaba visualizando tambien. Que subidon habrá tenido Carlos durante dias, con lo que disfruta de un buen trabajo.
    ENHORABUENA!!!

  12. Sandra. R - diciembre 16, 2011

    Como decía un compañero más arriba: ¡Sois la leche!
    Muchísimas felicidades y muchísimas gracias por regalarnos ejemplos tan claros de que el trabajo se puede hacer cada vez mejor. EDUCAN, este blog y tú, Carlos, sois una verdarera inspiración.

  13. Fernando - diciembre 23, 2011

    Que bien, esto demuestra que en el adistramiento de caulquier animal no hay poderes Jedy, ni palabras magicas que los animales conocen de forma innata o que la comida es la única solucion, si no que hay un metodo y un gran trabajo detras. Enhorabuena.

  14. Colegio para perros - diciembre 26, 2011

    Interesante tema el que nos muestras, gracias por la información sigan publicando.

  15. Yolanda Blanco - enero 20, 2012

    Enhorabuena!!!…. es realmente «flipante»

  16. Irene Ayllón - septiembre 8, 2016

    Entrando en tu blog para leer el último post, he recordado que escribiste uno en su momento con nosotros. 
    Tengo que decirte que me ha emocionado muchisimo volverlo a leer y recordarlo como si fuera ayer.
    Gracias por enseñarnos tanto…nos quedamos con muchas pautas muy útiles hoy en dia.
    Gracias Carlos!!

    • Carlos Alfonso López García - septiembre 9, 2016

      🙂 🙂 Gracias a ti, que estás (estáis) más guapa (s) que nunca. Felicidades señorita 🙂 🙂

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