Espejo, espejito…

Publicado el 7 de mayo de 2012

Debido a los trabajos que muestran la capacidad del perro para aprender imitando a personas y por el salto a la palestra de algunas publicaciones científicas y propuestas de adiestramiento, se ha empezado a hablar y escribir de las neuronas espejo en los perros.

Las neuronas espejo son un tipo especial de neuronas que descubrió casualmente Giacomo Rizzolatti (junto a Leonardo Fogassi y Vittorio Gallese). Otro como Paulov, que mientras experimentaba sobre otra cosa se encontró con un Bingo científico: él originalmente estudiaba las neuronas que controlaban determinados movimientos en macacos, pero se dio cuenta de que parte de esas neuronas se activaban sin necesidad de que el mono se moviera si estaba viendo a otro mono hacer el movimiento estudiado.

Esto se debía a la existencia de un tipo de neurona desconocida hasta entonces, las neuronas espejo que se activan tanto al realizar una acción como al observar esta acción realizada por otros. Estas neuronas tienen una importante función para el aprendizaje social, facilitan entender las acciones e intenciones de los otros, también permiten el aprendizaje por imitación, por lo que su descubrimiento ha traído un vigoroso estímulo al estudio del aprendizaje social y de la metacognición. El libro «Las neuronas espejo » de Rizzolatti y Sinigaglia está traducido al castellano y publicado por Paidós.

En el mundo del perro, donde intercalamos la suspicacia y el entusiasmo hacia las novedades, se han publicado varios artículos dando por hecho la existencia de neuronas espejo en los perros.

Vayamos por partes.

Para demostrar la existencia de neuronas espejo en una especie hacen falta: la observación de la actividad cerebral a través de técnicas de observación de la actividad cerebral, principalmente la resonancia magnética funcional (también se ha usado la tomografía computerizada y el electroencefalograma) y la comprobación de la existencia de determinados comportamientos y formas de aprendizaje social, principalmente el aprendizaje por imitación.

En los perros se ha demostrado experimentalmente la capacidad de aprender imitando (Reproducing human actions and action sequences: “Do as I Do!” Topál, Byrne, Miklósi y Csanyi 2006 y después más trabajos de Miklosi y los de Tomasello y Kaminsky), desde luego los resultados permiten inferir la existencia de neuronas espejo en los perros, pero todavía nos falta cubrir el otro requisito: la observación de la actividad cerebral del perro.

Mi documentalista no había encontrado ningún trabajo que mostrase este segundo parámetro, así que escribí a varios autores que mencionaban en sus escritos la existencia de neuronas especulares en perros, además de pedir la colaboración de mis lectores en una respuesta de este blog. Debo agradecer la amabilidad de los escritores a quienes he consultado y de mis lectores al aportarme muchos datos que no conocía y que me han ayudado a entender exactamente qué sabemos sobre las neuronas espejo en perros.

Sin embargo, la mayoría de las citas consistentes eran de un mismo experimento, ya fuera directamente o a través de referencias en otros trabajos: Neural Circuits Involved in the Recognition of Actions Performed by Nonconspecifics: An fMRI Study, Buccino et Al.2004. Es cierto que en este estudio aparecen perros, monos y personas, pero si lo leemos con atención veremos que sólo se estudia la actividad cerebral de las personas, lo que se hace es ver si las neuronas espejo de las personas se activan al ver a otras especies actuar. No estudian en absoluto las respuestas de los perros ni de los monos.

No he encontrado, y estoy casi seguro de que no existe, ningún trabajo experimental que haya buscado, encontrado y registrado la actividad de neuronas espejo en perros.

Afortunadamente Juan Francisco Calle, director de la excelente web de divulgación Doogweb, ha aportado un dato muy relevante: En un su artículo del día cinco de este mes (anteayer) ¿Cómo piensan los perros? Hace referencia a que la Universidad de Emory ha sido la primera en poder iniciar estudios de neuroimagen con perros, y la Universidad de Emory lo publicó tan solo un día antes (felicidades Juan Francisco por la rapidez en trasmitirnos la “ultima hora científica”). A partir de aquí podemos hacer una ecuación sencilla, si hasta ahora no se había aplicado la resonancia magnética funcional al estudio de la actividad cerebral de los perros no podía haber registros realizados con esta prueba.

Yo tengo la convicción profunda de que los perros poseen neuronas espejo porque la evidencia comportamental demuestra la capacidad de los perros de empatizar y de aprender imitando (incluso a personas, que no son coespecíficos) y creo que es una justa aplicación de la navaja de Occam, considerar la explicación más parsimoniosa que ante el mismo tipo de aprendizaje y respuesta a una situación, en diferentes mamíferos sociales se activen mecanismos homólogos, pues el cerebro hasta ahora ha mostrado estructuras de funcionamiento similares en diferentes especies, además de tener un funcionamiento holístico que dificultaría el surgimiento y acople de estructuras análogas, no es como el pulgar del panda o las alas del murciélago.

Pero, para pisar consistentemente en nuestras afirmaciones, debemos decir que los conocimientos actuales únicamente sugieren la existencia de neuronas espejo en nuestros compañeros caninos. Esto ya es bastante milagroso como para celebrarlo, no hace falta que adelantemos acontecimientos, seguro que en unos meses los señores de la Universidad de Emory nos lo confirman ;).

Otra discusión será sobre si los perros tienen neuronas de Von Economo (estas sí se han encontrado en elefantes, ballenas y posteriormente en otros cetáceos menores como los delfines)o, a las que se les atribuye mucha importancia en la autoconciencia y el ajuste rápido a situaciones sociales con alta carga emocional. Aquí la idea generalizada es que los perros no las poseen, pero personalmente no lo veo tan claro, creo que se puede argumentar con solvencia a favor de la existencia de este tipo de neuronas en los perros. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión :).

Comentarios:


  1. Marcos González - mayo 7, 2012

    Buenas Carlos, en primer lugar enhorabuena por tu blog, de los mejores en dubulgación científica monotemática (aunque a veces te sales del tiesto).
    En cuanto a la existencia o no de neuronas espejo, considero que para nuestro interés es algo más causal que específicamente relevante, quiero decir: ¿¿Cambia mucho la existencia de este tipo de células ultradiferenciadas en nuestro estudio del comportamiento canino??, Sinceramente creo que no tanto más allá de afianzar con demostraciones científicas nuestro trabajo.
    Lo que sí que es cierto e indiscutible, es que el perro (y digo perro para no generalizar con otros cánidos) entre otras de sus extraordinárias características, tiene una capacidad única de interacción con la especie humana, muy por encima de la de otros animales como puedan ser los simios (y supongo que mamiferos marinos, pero lo desconozco), que vá mucho más allá de la imitación.
    Me parece mucho más admirable la capacidad «innata» de los perros de interpretación de gestos humanos que la imitación en sí, no despreciando esta habilidad en absoluto, de hecho creo que la imitación sea más útil al adiestramiento.
    La existencia o no de neuronas espejo no es más que una carácterística fisiológica, que conociendo tus inquietudes (infinitas) científicas es de una relevancia muy alta, pero con esto quiero decir que los adiestradores (que somos muchos los que seguimos tu blog) debemos leer este post, poniendo la mirada en el «fenotipo» por llamarlo de algún modo, resultante de la existencia de este tipo de neuronas.
    Un abrazo,

    • Hola Marcos,

      En primer lugar tengo que darte la razón en que soy bastante amigo de las pajas mentales (me resistiré a hacer una broma ampliando esta frase), y siempre que voy a colgar un post de este tipo tengo dudas sobre lo interesante que puede resultar para los demás. Ciertamente puede parecer muy alejado de la temática del blog, el entrenamiento de animales y su gestión comercial, yo no creo que sea un blog de divulgación científica, por lo que admito el «pero».

      Sin embargo este post en concreto sirve a una línea argumental más amplia, que me parece que importante y que enlaza directamente con tu comentario.

      Durante mucho tiempo las visiones más radicalmente asociacionistas del aprendizaje han afirmado que las capacidades de los perros se podían explicar exclusivamente mediante procesos de condicionamiento, cuando alguien daba a una conducta una explicación más allá del condicionamiento rápidamente citaban el canon de Morgan, que dice que si algo se puede explicar mediante un proceso más sencillo (el condicionamiento) no debe ser explicado mediante uno más complejo (la cognición). Aparte de las «trampas» que se hagan al asignar las etiquetas de sencillo o complejo a un proceso, lo cierto es que es razonable darle a las cosas la explicación más sencilla: Si tú ves un carro que rueda sin caballos, cuesta abajo, tu explicación será que se ha soltado y la fuerza de la gravedad es la que lo mueve.

      Esto es lo que sucede con las explicaciones acerca de sus capacidades de interacción con nosotros: estrictamente pueden ser explicadas en base a asociaciones que hace el perro entre expresiones nuestras y estímulos posteriores. Los más conductistas te dirán que no es necesario recurrir a las neuronas espejo ni a procesos cognitivos, ni a un nivel especial de relación emocional entre las especies. Y tienen razón.

      Pero si tú ves un carro sin caballos que rueda camino arriba, amigo la cosa cambia, eso no se puede explicar por la gravedad, así que es necesario que exista algo más para mover el carro. Esto es lo que sucede con el aprendizaje por imitación, no puede explicarse mediante condicionamiento, por lo que demuestra que existen otros procesos más allá de este. Por eso es tan relevante (y la mejor prueba indirecta para suponer la existencia de las neuronas espejo).

      … Y llegamos al turrón: Si se demuestra que existen neuronas espejo el canon de Morgan automáticamente se da la vuelta en este asunto: porque si los perros tienen un mecanismo fisiológico específico que se activa al observar a otros para poder empatizar y aprender de ellos, la explicación más sencilla a su capacidad de interpretarnos deja de ser que hacen asociaciones, porque entonces ¿para qué tienen las neuronas espejo?, ¿para molar en las quedadas evolutivas de animales sociales?

      En este caso verías a un coche bajando por una cuesta, como tiene motor la explicación más sencilla a lo que ves deja de ser la gravedad y pasa a ser que el motor (que aunque no ves sabes que está ahí) es el que controla y genera el movimiento.

      Por eso la imitación y las neuronas espejo son importantes en relación a la capacidad de los perros de interpretarnos, porque son los clavos científicos del ataúd de la explicación exclusivamente conductista de dicho fenómeno ;).

  2. Jorge Ortega - mayo 7, 2012

    Hola!

    El otro día leí un artículo sobre este tema y que me hizo pensar sobre si podríamos estar viendo reflejado nuestro propio interés sobre la comprensión de acciones en la existencia de las neuronas espejo.

    El autor afirma que… «debe haber una clara distinción entre los objetivos y las rutinas motoras que se implementan en una circunstancia dada para alcanzar esas metas. Si las neuronas espejo reflejan objetivos y no acciones, entonces, una declaración sobre las neuronas espejo como, «entendemos la acción porque la representación motora de esa acción se activa en nuestro cerebro» (Rizzolatti et al., 2001, p. 661) o es falso, porque las neuronas espejo no codifican las acciones, o es falso porque las representaciones motoras no son la base de la comprensión de la acción».

    Aquí dejo el enlace del articulo por si a alguien le interesa: http://www.mitpressjournals.org/doi/full/10.1162/jocn.2009.21189

    Lo que me parece creer es que la imitación motora puede ser un paso previo para llegar a la comprensión de la acción, pero no tiene por qué implicarla, e incluso también puede darse imitación sin comprensión.

    Un pajisaludo!

  3. Marcos González - mayo 7, 2012

    Creo que tal y como me temía, se ha interpretado mi respuesta de una manera crítica y no pretendía serlo (al menos en lo que se refiere a que sea una temática oportuna).
    Considero el post más que relevante para el foro que has generado en torno a tu blog, quería aportar mi visión que queda por encima de disputas teóricas ya pasadas. No se si eres consciente, pero tu equipo contigo a la cabeza, impartís una formación de base que a los que la absorvemos siendo vírgenes en la materia y con espectativas de cimentación técnica, nos hace partir de un punto más alto del que gente como tú comenzásteis y esa es la grandeza de la transmisión de conocimiento.
    El debate sobre la existencia de procesos cognitivos en perros y otros mamíferos para nosotros nació muerto. Para mí personalmente la teoría de que todo es explicable de una manera conductista si la considerase, la aplicaría a casi todos los comportamientos humanos, pero como me gusta ir al «moje», es inegable que los protocolos que contemplan procesos cognitivos, emocionales y sociales funcionan y no solo eso, sino que enriquecen el adiestramiento de animales. Por tanto, si ahora deciden llamarlo conductismo avanzado o complejo, que así lo hagan, no cambiará nada.
    Gracias señor Embajador, con Ferrero Cognitivo-Emocional nos ha conquistado!!

  4. nando - mayo 11, 2012

    ¿Y los bostezos? De sobra es conocido lo contagioso que llega a ser. Nos da, a mi parecer, una visión de una de las funciones de las neuronas espejo. Hay estudios que sugieren que el bostezo sirve para sincronizar el comportamiento anímico entre animales gregarios de forma similar al aullido de una manada de lobos durante la luna llena. El bostezo entonces emitiría una señal de cansancio hacia otros miembros del grupo para sincronizar los patrones de sueño y períodos de actividad.
    En su ensayo «Adaptarse a la marea», Eduardo Punset sostiene que «los bostezos son un legado de nuestra condición animal anterior a la de humanos, que cumplían una finalidad social en el caso de los primates –transmitir la necesidad imperiosa de iniciar una acción colectiva y preventiva frente a intrusos-. De estos estudios se puede entrever la importancia de las neuronas espejo.

  5. Maria José - mayo 15, 2012

    Querido Carlos Alfonso:

    Quería felicitarte por este artículo en particular; la prosa es más que correcta y el rigor con que tratas el tema lo hace más atractivo si cabe, amén de la profesionalidad que denota.

    Me gusta particularmente el modo en que expresas el anhelo que sientes por confirmar la existencia de las neuronas espejo en los perros y que reafirmaría de algún modo esas “evidencias comportamentales” a las que te refieres.

    Sin embargo, la justicia merecida a Guillermo de Ockham en su principio de parsimonia no debe guiarnos hacia la irrefutabilidad, especialmente cuando tratamos de poner de manifiesto la cientificidad de un hecho que aún no ha sido demostrado. Es por ello que agradezco, más si cabe, tu prudencia a la espera de resultados científicos acreditados. Porque en estas cuestiones ya se sabe… querer adelantarse a la primicia puede hacernos caer, como a nuestro querido nominalista, en herejía, jejeje.

    De nuevo, enhorabuena.
    Mariajosé Castroverde

    • Hola María,
      Cómo me mola tu respuesta.
      Por supuesto te doy la razón plena y totalmente en el hecho de que el principio de parsimonia, por muy bien y escrupulosamente que se aplique, no es una prueba irrefutable de nada, puesto que una explicación más compleja sí puede ser posible y demostrarse a posteriori. Sólo tiene el valor de precepto rector para dar consistencia a las conjeturas ante el desconocimiento científico de un hecho, algo que mucha gente no toma en cuenta y habla de «Ley» de Morgan (refiriéndose a Lloyd, no a Augustus) o de «Ley» de Occam , lo que, como bien indicas, es exagerar las cosas (y confundirlas, que un «Canon» o un «Principio» son diferentes a una «Ley»).
      Pero bien es cierto que se ha usado esta navaja para «rasurar» las explicaciones cognitivas de la conducta de los animales con, en mi opinión, demasiada frecuencia, excesiva alegría y algo de tongo en las premisas, únicamente señalo que en esta ocasión el filo de tan popular instrumento dialéctico está del lado de la existencia de las neuronas espejo.
      Lo único que no comparto contigo es la preferencia por la grafía anglosajona del apelativo de don Guillermo, frente a la latina, al fin y al cabo la profesion se elige y el lugar de nacimiento no.
      Me encanta que hayas escrito y lo que has escrito, aunque vas a conseguir que mi nivel de digresión se supere y después me tengan que recordar que, en algún momento, este blog se dedicaba al entrenamiento de perretes 🙂 🙂 .

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