¿Fallar o acertar?

Publicado el 10 de febrero de 2010

Antes que según la escuela de adiestramiento que sigan, que el tipo de estímulos que usen o que la modalidad de adiestramiento que practiquen yo divido a los adiestradores en dos grupos: los que entrenan los perros para no fallar y los que entrenan los perros para acertar.

Desde ya quiero aclarar al lector que soy un firme defensor de trabajar a los perros para realizar la conducta correcta y no para evitar fallos, además como durante años trabajé de la manera contraria tengo la firmeza de los conversos en este tema.

Hay bastantes más adiestradores entrenando para que sus perros no fallen, el error nos parece peligroso y se oyen frases como “no dejes que tenga opción de fallar, así no aprenderá incorrectamente”. Esto además tiene mucho que ver con lo nerviosos que nos pone ver al perro haciendo mal una de las acciones que estamos entrenando.

Evitar que el perro se equivoque es la prioridad para muchos adiestradores. Así pues nuestra energía y atención se ponen en localizar errores y encontrar técnicas que los bloqueen, impidan o corrijan. El acierto termina sucediendo más por las cosas que el perro no hace que por las que intenta de forma activa. Las sesiones están dedicadas a crear “situaciones seguras” de entreno, a cerrar puertas, a limitar opciones…

Pero esta forma de adiestrar conlleva varios problemas:

El primero es que, al cabo de un tiempo entrenando así (y vuelvo a recalcar que no estoy hablando de trabajos únicamente en negativo, muchos adiestradores positivos, cognitivos y de toda índole tienen esta visión), el perro, que no es tonto, se da cuenta y su atención voluntaria se enfoca en localizar lo que no debe hacer, volviéndose más eficaz en dejar de hacer cosas que en hacerlas. Es el esquema general de trabajo que le hemos creado, no nos debería parecer mal.

Emocionalmente es más agotador, recordemos esas películas con un joven y prometedor deportista al que su bienintencionado pero exigente padre/entrenador/agente le recalca cada error que comete hasta que deja de disfrutar de su deporte y decide marcharse con su chica a poner una granja en Idaho, mandando al carajo deporte y exigidor (a pesar de las buenas intenciones y sincero amor de este).

Como nuestros perros es poco probable que puedan marcharse a poner una granja en Idaho en el caso de que estén hartitos de entrenar con nosotros, debemos tener cuidado y asumir como nuestra responsabilidad que el perro no se sature emocionalmente, lo que no debe confundirse con no exigir implicación y esfuerzo al perro. Pero incidir en los errores genera inseguridades y agotamiento emocional en el perro ¿cómo nos sentiríamos nosotros yendo a un trabajo en el que sabemos que nuestro jefe nos va a decir TODOS LOS DÍAS que lo hemos hecho mal o que tengamos mucho ojo de no hacerlo mal? Así no se construye seguridad, implicación ni equipo.

Además aunque inicialmente es más fácil entrenar al perro para no fallar (es más rápido aprender a no hacer que a hacer), al cabo de un tiempo nos daremos cuenta de que existen tantos fallos posibles que toda nuestra vida no será suficiente para entrenarlos todos, sin embargo conducta acertada sólo hay una en cada caso: a la larga es muuucho más cómodo y sencillo para el perro y para el adiestrador centrarse en ella.

En mi opinión es muy importante construir la cabeza del perro para acertar, para ello debemos tolerar fallos inicialmente e informar al perro de ellos sin preocuparnos. El error es parte necesaria de un aprendizaje activo. Nuestra atención debe estar en los aciertos porque así la del perro también lo estará.

Cuando esto sea sólido, cuando el perro trabaje para hacerlo bien y su esquema mental esté construido podremos darle mayor importancia a corregir los fallos que puedan surgir sin que suponga ningún problema.

Comentarios:


  1. Richard Ibarburu - febrero 11, 2010

    Hola Carlos A.

    Como siempre me ha resultado interesantísimo el tema que tratas. Si me lo permites, os dejo un link a una entrada que puso Pere en Dogsenjoy con un video suyo, en el cual pudimos comentar sobre el tema, por si os interesa ver el video y los comentarios:
    http://dogsenjoy.blogspot.com/2009/11/errores.html

    En cualquier caso copio y pego mi opinión al respecto para no repetirme:
    «Me encantan sobre todo unos detalles que se ven (en el video de Pere) con Big perfectamente, fundamentales para mi a la hora de enseñar al perro a lo largo del proceso de aprendizaje del ejercicio en cuestión: el dejarle «pensar», dejarle su tiempo para que resuelva (esto lo considero básico a la hora de que el perro aprenda a gestionar el estrés que le supone el hecho de tener dudas lógicas debido al propio proceso de aprendizaje).

    Y por otro lado, la actitud del guía «transmitiendo seguridad y confianza» al perro en esos momentos de «incertidumbre», que es la mejor forma de que el perro «se crea capaz» de solventar los problemas que se va encontrando. Y por supuesto en el futuro tendremos a un perro autoconvencido de poder con todo lo que se presente.

    Yo más que hablar de «errores» (en lo referente a las ejecuciones del perro de forma alejada a nuestras pretensiones), lo llamaría algo así como «opciones a descartar» durante el aprendizaje y estabilización de comportamientos. Totalmente de acuerdo contido en que son parte del proceso. Y yo añadiría que parte «imprescindible» (más concretamente de la «discriminación» conceptual) para lograr una correcta y adecuada comprensión del ejercicio. Muchos se centran en trabajar la «generalización» de comportamientos debido a los problemas evidentes que causa su falta (ejecución de comportamientos SOLO en determinadas situaciones, momentos, lugares, etc.). Y sin embargo se suele olvidar y pasar por alto el imprescindible proceso de «discriminación», en el que el perro aprende a definir y diferenciar el comportamiento «correcto» con respecto a los otros comportamientos alternativos.

    Pero esos «errores» no son (y por desgracia muchos lo consideran así) de ningún modo comportamientos equivocados y mucho menos malintencionados, ya que el perro no sabe aún ni siquiera lo que queremos que haga, sirviendo para muchos de excusa para «corregir» estos supuestos errores (cuando en realidad el perro está superesforzándose en aprender y comprender lo que le estamos enseñando), en muchos casos intimidando al perro con la fuerza y la coacción. Con esta dinámica está claro cuál será el perro que nos encontraremos en el futuro no muy lejano (al contrario que antes): un perro que no sabe gestionar el estrés generado por el aprendizaje…bloqueo emocional y en definitiva un perro que ante las dudas lógicas del aprendizaje inicial…SE BLOQUEA (y probablemente se pone a realizar comportamientos alternativos…os suena??) »

    Muchas gracias de nuevo por compartir con nosotros tus escritos. Espero que avises cuando tengas también otro libro tuyo, que ojalá sea dentro de poco.

    Un saludo

  2. ¡Niquelao Richard!
    Aunque hay que incidir en que no sólo sucede cuando se castiga la alternativa incorrecta, también ocurre preparando situaciones de entreno totalmente en positivo pero en las que el perro no puede fallar y por tanto hacer ese esfuerzo voluntario de elección.
    Estoy liado con un proyecto muy interesante que me ha parado la corrección final del libro, en Febrero sabré cómo ando para terminarlo.
    Un abrazo.

  3. Richard Ibarburu - febrero 11, 2010

    Por supuesto, de acuerdo completamente con lo que apuntas. Todos conocemos metodologías de trabajo en las que se cuida de preparar TODO el escenario y el contexto de trabajo en el aprendizaje del ejercicio precisamente para que el perro SIEMPRE acierte (y sea reforzado)… o en el peor de los casos no se «equivoque» más de x veces.
    El resultado: que el perro ha sido reforzado por los comportamientos «correctos»… pero sin haber aprendido a diferenciar los «incorrectos» (ya que está todo cuidado al milímetro para que no ocurra).
    A modo de ejemplo me viene el uso (bastante frecuente) del exceso de luring en el aprendizaje del «fuss-junto», entre otros.

  4. Perdonar mi ignorancia, ¿Que es el exceso de luring?.

    Carlos, te sigo desde mi completa ignorancia, sobre todo en estos temas que desembocan en un posible estrés para el perro porque, sinceramente, «la he cagado» con el mio y sigo haciendolo. Guardo estos artículos como oro en paño y los leo y releo hasta exprimirlos. Gracias por tu dedicación.

  5. Richard Ibarburu - febrero 12, 2010

    Cuando menciono el exceso de luring, me quería referir por un lado a que cuando estamos de forma continuada en el tiempo «imantando» al perro pegadito a la pierna izquierda con un trozo de comida (volviendo al fuss-junto), creo que tampoco le estamos dando al perro muchas oportunidades de valorar por si mismo cual es el comportamiento que le está llevando a obtener su refuerzo y cual no.
    De hecho tampoco el perro se está prácticamente dando cuenta de lo que está pasando a su alrededor, ya que su atención plena, está como «secuestrada» de una forma diría yo un tanto «artificialmente» a través del olfato y su vista, con el consiguiente cócktel neuroquímico que se está produciendo en su interior, lo que hace que probablemente no existan distracciones perceptibles para el perro en ese momento que va pegado a la mano o al trozo de salchicha (por poner un ejemplo). Y tampoco creo que a la larga se esté enterando muy bien de lo que le estamos enseñando, puesto que su aprendizaje estará «bloqueado» por sus ganas de que le demos por fin el tan ansiado trocito de comida.
    Por supuesto he hecho una versión un tanto simplista del asunto… pero llevado al extremo, es como el burro siguiendo la zanahoria que lleva delante (pero sin darse cuenta ni siquiera del camino que está llevando…).
    Vamos… que sí te aseguras de que el perro «no falla» y no se separa ni medio milímetro de tu pierna… pero ¿realmente está comprendiendo el mensaje que le estamos enseñando?
    Si a esto le sumamos otro error habitual (creo) como el mantener el aprendizaje en escenarios «hipercontrolados» donde no haya casi distracciones (ruidos, olores, otros perros, tráfico… etc) el resultado lo tenemos en que tenemos un perro que SOLO trabaja en las condiciones iniciales de trabajo (hay quien lo llama «adiestramiento de salón» no sin cierta razón). Y esto se hace en teoría con la excusa de EVITAR LOS FALLOS en el aprendizaje y supuestamente lograr el objetivo con la máxima precisión desde el principio y SIN ERRORES. En mi opinión es una visión errónea de principio.
    Siento si a lo mejor no ha sido un buen ejemplo lo que comento, o si incluso no me he explicado correctamente. Seguro que podríamos comentar muchas más situaciones más ajustadas al tema.
    Un saludo

  6. Gracias por la respuesta Richard. Lo explicais tan claro que es como si pusierais voz a la pelicula que tengo todos los dias en casa. Se me escapaba lo del luring, ahora a darle vueltas, asimilar, planificar y aplicar.
    GRACIAS!!!

  7. Ana,
    No debes preocuparte por tener fallos, todo el que adiestra los tiene, mientras no consideres que la culpa es del perro y sepas ver cuándo has cometido un error no hay demasiado problema. No seas dura contigo, sólo te generará más tensión para la próxima sesión. Si disfrutas del adiestramiento y te relajas (¡nunca pensé que le diría a alguién esto en un blog de perros: relájate y disfruta!)tu perro empezará a hacerlo también, si los errores son parte del aprendizaje de los perros y no debemos darles demasiada importancia también lo son del nuestro y debemos actuar de forma equivalente.
    Tampoco te obsesiones con el tema de que aparezca estrés, el estrés es un mecanisno natural para adaptarse a nuevas situaciones, el problema es que sea excesivo o se gestione incorrectamente. Pero es bueno y saludable que el perro aprenda a gestionar cargas de estrés razonables durante el trabajo, sino podemos caer en posturas extremas que nos lleven a ni adiestrar ni dejar al perro jugar ni casi vivir por el riesgo del estrés.
    Todos estamos aprendiendo, todos nos equivocamos, a todos nos afecta ¡bienvenida!

  8. Fantástico artículo, enhorabuena Carlos…desde luego da gusto leer cosas así, con criterio, con bases sólidas y con una prosa agradable de leer. Y qué decir de los comentarios anexos. Un lujo. Perdonad si no entro al trapo, el no-tiempo del que dispongo me lo impide. Pero querría remarcar una frase de tu último comentario:

    «Pero es bueno y saludable que el perro aprenda a gestionar cargas de estrés razonables durante el trabajo, sino podemos caer en posturas extremas que nos lleven a ni adiestrar ni dejar al perro jugar ni casi vivir por el riesgo del estrés»

    Increiblemente has dado en el clavo. Últimamente parece que todo aquello que sea «estresante» hay que desterrarlo, demonizarlo y criticarlo. El problema no es el estrés sino, como muy bien dices, el cómo lo gestionamos nosotros, cómo lo reconducimos, cómo lo dosificamos y, por supuesto, cómo lo «dejamos reposar y recuperar»… Sumo este tu comentario a mi repertorio, porque creo que es excelente.

    Saludos

  9. Hola Eliseo,
    Desde luego los comentarios,tanto en el artículo como los del enlace de Richard, son particularmente interesantes porque muestran claramente cómo «algo se mueve» y se habla y aprovechan cada vez más procesos relacionados con la conducta y el aprendizaje. Se va dejando atrás el «en adiestramiento está todo inventado».
    Con respecto al tema del estrés me ha parecido importante comentárselo a Ana para que no caiga en extremos. Leí a una chica contar que soltaba a su perro a jugar con otros aun sabiendo que le generaba mucho estrés y que hacía mal, pero no podía evitarlo porque le veía disfrutar mucho: parecía una madre reconociendo que le compra heroína a su hijo adolescente. Esto es, EMO, algo absurdo y muy nocivo: Hacer de un concepto técnico, real y aprovechable una especie de verdad absoluta y rodearlo de dogmatismo hasta crear un seguimiento sectario de una serie de normas radicales que asfixian cualquier resultado razonable. La reducción al absurdo de algo real, que tan frecuentemente aparece en nuestro sector.
    Muchas gracias por tus palabras, aunque me siento agradecido y enriquecido por todos los comentarios me alegra particularmente compartir y hablar sobre estos temas con colegas porque me permite aprovechar vuestro conocimiento y experiencia para afinar mi criterio.
    Un abrazo.

  10. Como siempre, es un placer leer tus articulos Carlos, aprendo de cada uno de ellos. Incluso a veces pones palabras a algo que muchos intuimos pero no somos capaces de terminar de ver. Gracias por aportar luz.

  11. Pere Saavedra - febrero 19, 2010

    Madre mía chicos, hasta que he llegado hasta aquí para escribir joo, como os enrrolláis… que hay que abreviarrrrrr???? No os parecéis a mí que cada vez escribo textos más cortos jajajajajaja.

    Está genial todo lo que habéis comentado y estoy totalmente de acuerdo pero… podríais haber dicho algo de mis chicas que aparecen en ese vídeo tan simpático que hicimos !!!! Malas personas…

    Un abrazo

    Pd. Voy a enlazar este post en mi muro para que os lea mucha más gente, queda tan claro todo después de haber llegado hasta aquí abajo jajajajaja

  12. Yo, personalmente, agradezco que os extendais en vuestros articulos cuanto mas mejor. Entiendo que para los que ya tienen el camino hecho, dar vueltas sobre las mismas cosas resulte cansado pero para los que como yo, vamos a rebufo y seguimos aprendiendo cosas nuevas todos los dias, resulta gratificante leer pensamientos, ideas, consejos…. bien desarrollados y explicados con tanta claridad. Por mi enrollaros todo lo que querais!!! Gracias.

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