La única premisa.

Publicado el 17 de enero de 2013

Estos últimos años hemos conseguido importantes avances en el entrenamiento de animales, diferentes ciencias han aportado conocimientos de los que se han inferido técnicas de adiestramiento más eficaces y respetuosas con los animales, lo que también ha causado una cierta beligerancia entre quienes apoyaban sus trabajos en descubrimientos diferentes, asegurando que los otros eran incompletos, poco probados o ya superados. Esta beligerancia es necesaria para que nos esforcemos todos en sacar los mejores resultados como apoyo a nuestra postura, es un motor poderoso y fértil.

Pero no debemos olvidar que, como decía Víctor Hugo (que es de esos escritores que lo han dicho todo), “la ciencia es la asíntota de la verdad, se le aproxima sin llegar a tocarla jamás. La ciencia va borrándose a sí misma con tachaduras fecundas”, lo que sabemos hoy será superado mañana, lo que ahora parece una verdad es probable que se tambalee cuando se mire más profundamente o desde otro ángulo. Por ello los enfrentamientos técnicos deben afrontarse como discusiones entre compañeros, todos estamos en el mismo equipo: quienes quieren hacer del adiestramiento de animales una disciplina seria y consistente, huyendo de los dos males que lo aquejan: El trabajo intuitivo e irreproducible, sin duda eficaz pero sin proyección, pues quien lo consigue ignora qué mecanismos ha tocado y cómo lo ha hecho y, como consecuencia de este, el uso de fáciles fórmulas de autoayuda para explicar por qué no se puede explicar cómo entrenar con el perro, con recetas milagrosas y sencillas para abandonar el estudio serio de la conducta y escuchar a tu adiestrador interior (que vosotros no sé, pero a mí el primer día de clase en un curso de adiestramiento me dicen que no se puede aprender a adiestrar y les pido que me devuelvan la pasta), es fácil hacer propuestas de este tipo y siempre tendrán un público entre quienes prefieren los gurús a los profesores y el misticismo de saldo al conocimiento.

Por ello opino que quienes creemos que la ciencia es la luz que nos muestra el camino para avanzar, siempre de la necesaria mano de la ética para sostener y calentar su linterna poderosa pero fría, somos una fraternidad, otra cosa es que, como todos los hermanos, discutamos ferozmente para defender nuestra perspectiva y nuestra apuesta por un modelo u otro de entrenamiento, esto no quita ni una pizca del respeto y cercanía que siento por todos los que comparten esta visión del entrenamiento, por lejos que estemos en nuestras posturas compartimos una misma idea de fondo, cuando, discutiendo, decimos “mi ciencia es más moderna o mejor o más probada” estamos diciendo en realidad que aceptamos una misma premisa: el adiestramiento de animales debe basarse en conocimientos consistentes y los protocolos de entrenamiento han de ser reproducibles para ser de calidad. Y eso es lo que yo escucho.

Comentarios:


  1. Marcos González - enero 17, 2013

    Echando de menos tus post querido Carlos, veo que tu mismo te das cuenta del vacío que estabas dejando en nuestras mentes inquietas y es por esto que veo este post, como la introducción a la «nueva temporada», jajaja, sobre todo por lo tierno que te pones últimamente y no lo digo solo aquí. Con esto y habiendote visto en mallas, la proxima vez que te vea te voy a abrazar.
    Bueno, alejandome de las tonterías y poniendome también un poco moñardo, creo que lo que hoy nos comentas aquí, es más que nada una crónica del sector, en el que está surgiendo una nueva línea de tecnólogos del adiestramiento (entre los cuales me incluyo) para los cuales nunca es suficiente un: «haces esto y mira como funciona», porque seguidamente toca un: «sí, lo veo, pero ¿por qué pasa?». Y ahora me toca señalarte con el dedo y decirte, que tú y tu equipo, sois culpables de todo esto (en gran parte), pero también «responsable» (como diría el abuelo de P.Parker: «un gran poder conlleva una gran responsabilidad) y este tipo de declaraciones que abogan por la coordialidad entre profesionales, me indica que la ejerces. Un abrazo!

    • Hola Marcos,
      Desde luego me considero uno de los que ha potenciado todo lo que ha podido esta visión, pero hay muchos otros, a veces desde ópticas bien diferentes, quienes han llevado a cabo este cambio de visión en todo el mundo.
      Por otra parte no me queda sino corregirte, por Dios, el tío Ben Parker, no el abuelo de Peter. Citemos con rigor a los clásicos.
      En todo caso gracias por el entusiasmo.

  2. Eliseo - enero 17, 2013

    Pues como dice Marcos, sí nos tenías abandonados a todos, qué alegría poder volver a leerte.

    Después de este comentario políticamente correcto (como siempre) y a sabiendas que huyo de los políticamente correcto como de la auténtica peste negra, sólo puedo decir tres cosas:

    Primera: lamentablemente a día de hoy todo se mueve por conveniencias y “yo te rasco si tú me rascas” perdiéndose todos y absolutamente todos, los valores morales (ya no entro en éticas) y de socialización.

    Segundo: pocos son los que tú comentas pero, haberlos…ya sabes…(pero hay que buscar ¿eh?)

    Tercero: para mi auténtica desesperación en la última versión de Spiderman esa frase (auténtico axioma filosófico de una magnitud tal que casi eclipsa el “día a día “ de Rambo a la pregunta de cómo va a vivir de su respetado Coronel) no aparece en toda la película, lo que la deja a la altura de otras “series” de lobos y dráculas buenaspersonas…

    • Hola Eliseo,
      Pues yo no creo que sea tan políticamente correcto como otros, creo que marca una frontera, amplia ciertamente, pero estricta, sobre quiénes sí y quiénes no. Además comparto bastante la aversión por lo políticamente correcto, que nos está trayendo un sí es no vestido de verde lleno de tibieza. Intento eso sí, ser cortés.
      Las conveniencias no son tan mala cosa, mientras sean el aliño y no la carne de lo que se hace. El undécimo mandamiento es «no molestarás», ¡pero antes hay otros diez!
      Según me han dicho en la última película de Spiderman la falta de la frase del tío Ben es un recurso estilístico para obtener un resultado homogéneo: que del primer al último minuto sea una auténtica mierda.
      Lo cierto es que no tenía demasiadas ganas de escribir, además de mi permanente falta de tiempo, por eso he decidido darle un sesgo más personal y así volver a disfrutar del blog como antes.
      Me alegra leerte por aquí.

  3. teresavet - enero 17, 2013

    Si es que a los adiestradores nos encanta discutir…
    Pero para mí hay algo que queda fuera de discusión. Los protocolos de adiestramiento tienen que estar basados en la ciencia. Así es como «funcionan» todos (todos no, los que funcionan). Cada vez más estudios científicos apoyan el adiestramiento en positivo no sólo como herramienta más ética que el resto, sino igual o incluso más eficaz.
    Aparte de ésto, el adiestramiento no es sólo ciencia, para mí tiene algo de arte, o de intuición, o de «mano». Si aplicas la técnica tal cual, funcionará, pero esa «mano» es muy difícil de enseñar, la tendrás intuitivamente, o la cogerás practicando.

    • Hola Teresa,
      En primer lugar aclara que aunque tengo mucha cercanía con adiestradores que trabajan en positivo y siento afinidad con muchos de sus trabajos e ideas, con otras no, yo no trabajo en positivo, ni creo que sea correcto hacer una equivalencia entre trabajo técnico y trabajo en positivo. De hecho no se debe caer en la falacia moralista que nos hace pensar que lo que nos parece ético será, además, lo que la ciencia muestre como verdadero o más eficaz, esto no es cierto, en este aspecto creo que es óptimo este artículo de Roger Abrantes, cuya claridad y lucidez me siguen admirando.
      Por supuesto que existe, no solo en esta sino en todas las profesiones gente con más capacidad innata para conseguir un plus de calidad, quien tenga esa capacidad extra siempre destacará, y muy probablemente haga avanzar un poquito al adiestramiento, me sorprende que se tiende a presentar esta capacidad extra, ese duende, arte o como se prefiera denominar, yo opto por talento, en oposición a la formación técnica, cuando en realidad es perfectamente complementaria: todos los genios de la ciencia han partido de una formación de calidad, que les ha permitido que su talento se desarrolle al máximo. Por tanto no creo que exista ese dualismo, es cierto que alguien con mucho talento puede tener buenos resultados con poca formación, pero sin duda estos resultados mejorarán exponencialmente cuando su formación mejore. Personalmente me enorgullezco de que algún@s de los adiestrador@es más brillantes que conozco han dado un salto hasta la estratosfera de la calidad tras recibir formación con nosotros, antes eran todo talento y tenían buenos resultados, pero cuando lo combinan con conocimiento sólido crean sistemas de entrenamiento que revolucionan la disciplina y hacen avanzar con pasos de gigante al adiestramiento (ahora mismo se me ocurren al menos tres).
      En ocasiones la gente con talento y sin formación se refugia en haber conseguido grandes adiestramientos sin formarse, no son capaces ni siquiera de imaginar lo que podrían hacer teniendo formación.

  4. Eduardo Caparrós - enero 17, 2013

    Buenas tardes Alfonso, formo parte de esa legión de profesionales que admiran tu talante y que dudan de todo (desde tus métodos hasta los mios :)como creo que tendría que hacer todo el mundo. Me animo a escribir por primera vez en tu blog porque este es un tema que considero importante. La colaboración y la discusión nos lleva al aprendizaje, el enfrentamiento (tan instaurado en este mundo) solo ayuda a dar una imagen lamentable de profesionales peleandose por un trozo del pastel.

    Por otro lado, con respecto a ese «Plus» que muchos iluminados poseen y que no son capaces de enseñar… solo es experiencia… pero la experiencia vende mucho menos que la magia y fardas menos también…

    Gracias por poner un punto y seguido a partir del cual sea posible cambiar de actitud, ojala sirva para algo…

    Saludos desde la duda.

    • Hola Eduardo,
      Yo, en otra cosa no, pero dudando soy un experto, así que comparto plenamente tu mensaje. Me alegro de que te hayas animado a escribir, porque siempre es un placer compartir con colegas y contar con su opinión.
      Como le decía a Teresa, líbreme el señor de negar la importancia del talento, otra cosa es pintarlo de dorado y venderlo como lo que no es, pues una característica intrínseca del talento es que es intransferible, por lo que necesitamos de buen conocimiento para enseñar y motivar de tal manera que el aprendiz desarrolle su capacidad máxima. Hacerle la ola a un tío que lo hace fetén porque es talentoso es la antípoda del conocimiento.
      Yo creo, respecto a la actitud entre profesionales, que las cosas estaban cambiando a mejor en este aspecto, sobre todo en el plano técnico, donde íbamos hacia un buen nivel de respeto y consideración, pero la crisis nos ha tensado un poco y ha devuelto algo de crispación a la interacción entre profesionales, puesto que ahora la competencia es más dura al bajar las contrataciones. Pero seguro que nos rehacemos.

  5. Olga García - enero 18, 2013

    Genial leerte de nuevo, Carlos!

    Una entrada ésta para reflexionar, desde luego.

    Estoy de acuerdo en que la ciencia es el camino (me encanta la cita de Víctor Hugo!).

    Creo que a todos nos encantaría decir: «tengo un don especial y por eso, nadie más puede hacer lo que yo hago». Es taaaan gratificante para el ego pensar así!

    Sin embargo opino que el talento, no es más (sin infravalorarlo) que una especial predisposición a hacer algo. Esa predisposición es la que nos empuja a observar y experimentar con el objeto de nuestro interés y nos guía hacia conseguir ser entendidos en la materia, de un modo no formal. Todos llevamos un científico dentro; una de las primeras preguntas con las que machacamos a nuestros padres de niños es «por qué» y dependiendo de las experiencias que vivas y de lo satisfactorias que sean «tu don» evolucionará o se truncará. Para mí cuando hablamos de dones o talento estamos hablando de motivación.

    Parafraseando a Jacquelin Chaplin, que a su vez citaba a su padre, «el talento sin trabajo no es nada».

    El esfuerzo, el trabajo, el estudio, la reflexión, el debate, la multidisciplineidad (palabro que no sé si existe) en lo relacionado con lo que haces, la práctica, son los que te convierten en un experto en algo. Y desde luego, ser experto, no significa que lo sepas todo; ni mucho menos.

    Tener talento te da una idea de qué puerta debes cruzar; el estudio científico sobre la materia te la abre, si es que estás dispuesto a cruzarla.

  6. Castroverde - enero 18, 2013

    ¡Deleite mío es leer tu cita de Victor Hugo! Lástima que en su imperioso deseo de ateismo, nuestro librepensador no descubriera que «verdad», solo es tal si, empieza con letra mayúscula.

    Unos lo llamamos «ciencia», otros lo llaman «progreso»… Lo cierto es que tales afanes del hombre sirven de poco si no van acompañados de su legítimo crecimiento moral, de ahí que entre hermanos, también debamos aprender a perdonar.

    (Jo, Carlos, es que con este post, me lo has puesto «a güevo», que diría mi santo esposo!)

    Un abrazo.

  7. Mercedes Iacoviello - enero 19, 2013

    Hola Carlos Alfonso!
    Apenas hace dos días me crucé con un excelente artículo que nada tiene que ver con el adiestramiento, en el cual un famoso economista decía «La información no se apila, se procesa para generar conocimiento y tomar decisiones. Y para eso hace falta una teoría».
    La pura empiria no lleva a nada, ni en el adiestramiento ni en ninguna disciplina. Tampoco la pura disquisición filosófica, estamos de acuerdo. Pero la ciencia y la ética están muy lejos de la pura especulación, se cruzan con la práctica y el campo de aplicación, creando sentido y definiendo líneas de acción muy concretas.
    Bien interesante tu post, para seguir pensando…
    Saludos!
    Mercedes

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