Seminario «El perro social», de Juliane Kaminski. The future is now!

Publicado el 25 de noviembre de 2014

Muchos seminarios y ponentes son interesantes, sin embargo todos sabemos que existen ocasiones especiales en el mundo del perro.

A veces el motivo es que el ponente resulta ser excepcionalmente didáctico, generoso o sabio. Su efecto es inmediato: se nos ensancha el corazón y despierta partes dormidas de nuestro cerebro. Nos hacemos mejores.

En otras ocasiones sucede porque nos ofrece una visión global que cambia nuestra manera de entender el entrenamiento, en lugar de técnicas específicas para aplicar en momentos determinados. Cuando se da esta condición se genera una lucha revolucionaria en nuestro interior, porque empezamos a ver todo con ojos nuevos y las nuevas explicaciones compiten con las que teníamos, hasta que salimos renovados. Renacemos como entrenadores.

Estas dos condiciones se dieron en el seminario de El perro social de Juliane Kaminski.

Pero hay una tercera condición que puede hacer muy especial una ponencia, para mí la más emocionante de las tres: cuando se ofrecen conocimientos que cambian lo que sabíamos de los perros como especie, porque inevitablemente cambiarán, determinándolo, el paradigma de inferencias que usaremos para entenderles y explicar sus acciones.

Aquí el cambio es más lento. Contrariamente a las otras dos condiciones, suele suceder que no somos conscientes de cómo nos moldean estos nuevos conocimientos. Al principio muchos dicen, “esto en realidad no influye en nada de lo que hago o pienso como entrenador”, pero cuando los escuchas hablar dos años después en su lenguaje y sus referencias todo ha cambiado, sin elegirlo, sin necesidad de que el cambio sea voluntario. Como una lluvia finísima pero continua, nos moja sin ser conscientes del momento exacto en el que ha calado nuestra ropa. Como una lluvia finísima pero continua, no podemos evitar que nos empape si estamos expuestos a ella el tiempo suficiente.

Y esto es para mí lo más importante de este seminario perfecto, los novísimos conocimientos globales del perro como especie, que nos llevará a pensar en ellos de una manera diferente.

Mi amigo Luis Souto y yo coincidimos en pensar que el seminario de Juliane Kaminski El perro social que acaba de impartirse en EDUCAN probablemente sea el que aporta más datos innovadores sobre los perros de cuantos hemos visto y ella la mejor ponente de cuantas hemos escuchado. Y juntos sumamos bastante experiencia sobre el tema, además de que considero el criterio de Luis muy, muy consistente, fino y ajustado.

Es imposible explicar todos los nuevos conceptos que expuso en un artículo, así que me limitaré a exponer brevemente algunos de los más “rompedores” o sorprendentes, entendiendo por “rompedores” aquellos que aportan una manera de entender a los perros radicalmente diferente a la usual entre los entrenadores caninos.

Sobre el inicio de la domesticación

Hasta ahora pensábamos que la domesticación empezó hace unos 15.000 años, pero han surgido nuevos datos que demuestran que sucedió hace unos 30.000 años.

Esto es relevante para saber cómo se inició el proceso de domesticación, hace 15.000 años existían asentamientos humanos que podían generar desperdicios alimenticios de manera regular, siendo posible que los lobos se agrupasen en sus alrededores para aprovecharlos, iniciando así el contacto entre las dos especies. Esta hipótesis es actualmente muy popular debido a la gran difusión del libro del matrimonio Coppinger que la apoya. Sin embargo hace 30.000 años estábamos en una cultura de cazadores/recolectores, que no se asentaban de manera fija ni generaban desperdicios suficientes para que los perros se hubieran alimentado de ellos de manera continuada. Además en ese momento se cazaban grandes presas, peligrosas y difíciles de abatir, pero que proveían de una sobreabundancia inmediata de recursos perecederos. Por eso Juliane propone que la hipótesis más adecuada para explicar los primeros contactos en este nuevo marco es la caza conjunta: lobos y personas se sumaban en los episodios de caza de estas grandes presas, lo que mejoraba su efectividad, consiguiendo comida suficiente para ambas especies.

Mola, porque estos primeros contactos hubieran sido colaborativos y no únicamente parasitarios por parte de los perros. Ya lo decía Coco (a veces Barrio Sésamo sí es la mejor universidad ;-)): sólo no puedes, con amigos sí.

Además nos explicó que el número de eventos concretos de domesticación fue muy pequeño, probablemente cinco o seis únicamente. Esto también debilita la hipótesis del parasitismo como inicio del contacto, porque nos muestra que esas pocas asociaciones con los perros debieron ser muy valiosas para el hombre, nos aportaban ventajas funcionales tan importantes como para que se mantuvieran y extendieran por todo el planeta.

Selección de las razas

Sobre las razas también nos dio noticias sorprendentes, a petición de los asistentes, nombró las más cercanas al lobo de acuerdo a las pruebas de ADN (excluyendo aquellas recientes que han incorporado directamente lobos al programa de cría, como los PLCs, pero si quieres saber más sobre estos perros visita esta página). Mucha gente se sorprendió de saber que los Shar-Peis o los Chow-Chows están muchísimo más cerca del lobo que los pastores alemanes, por ejemplo.

Pero esa no era, desde luego, la información novedosa sobre las razas.

Nos contó que se ha comprobado que el crecimiento óseo está controlado por un solo gen, por eso es tan fácil seleccionar razas extremas en su tamaño (terriers de Yorkshire, dogos alemanes…) o en su aspecto (carlinos, bulldogs). Pero los tejidos blandos son genéticamente mucho más complejos y no pueden adaptarse a los rápidos cambios óseos, siendo esta la causa de muchos problemas de salud de estas razas.

Los tejidos blandos no están preparados para esas morfologías extremas, los perros minúsculos son quizá quienes más lo sufren, pero también son frecuentes en razas gigantes, padeciendo, por ejemplo, problemas de corazón por no estar preparado para bombear sangre para un cuerpo tan grande.

En los casos de perros braquicéfalos tenemos abundantes muestras: como los ojos de los pugs, que no han podido empequeñecerse y cambiar de forma lo bastante rápido como para adaptarse a las cuencas oculares que los humanos hemos seleccionado, haciendo que estén desprotegidos y tiendan a salirse. Igualmente la falta de adaptación del cerebro de los Cavalier King Charles a su cavidad craneal provoca frecuentes dolores de cabeza a esta raza (alucinad: les sucede, a un nivel más complejo, lo que decían popularmente de los Dobermann).

Por tanto la selección de razas extremas en su tamaño y/o aspecto es inevitablemente insalubre, no solo por la disfuncionalidad que pueda causar su forma (como por ejemplo no poder respirar eficazmente los bulldogs), sino por el desarreglo entre las estructuras óseas y los tejidos blandos. Creo que es necesario desde el más mínimo criterio animalista no promocionar la cría de este tipo de razas.

Jerarquía

Pues hay que mentar la bicha, porque quizá este sea uno de los puntos más sorprendentes y que más chocó con las ideas generalizadas entre muchos entrenadores.

Casi todo lo que se ha escrito sobre las relaciones de dominancia entre perros se basa en inferencias sobre otras etoespecies cercanas o en observaciones casuales de las que se ha hecho norma general. Estas vías son valiosas cuando no disponemos de otras más fiables, pero Juliane expuso un trabajo (que se ha publicado como un capítulo entero de su libro The Social Dog. Behaviour and Cognition) que duró seis años, sobre grupos de perros asilvestrados en las afueras de Roma. Es el estudio más completo y actual sobre la manera que tienen los perros de estructurar grupos y relacionarse entre sí sin intervención humana directa. Por ello es muy valioso.

En primer lugar hay que explicar brevemente que existen tres formas generales de estructurar las relaciones de dominancia/sumisión en mamíferos:

  • La lineal estricta, en la que A domina a B a C y a D, B domina a C y a D y C domina a D. Esta forma de relaciones de dominancia/sumisión es la más “dura”, es la que se observó en lobos en cautividad.
  • Luego tenemos las relaciones triangulares, en las que existen uno o dos dominantes (A y B), uno de los cuales domina al otro (A domina a B), y el resto de los miembros del grupo comparten el estatus C por igual. Esta es la que se suele dar en los lobos en libertad y es bastante más relajada y colaborativa que la anterior, que se veía en lobos en cautividad por el aumento de la entropía que causa el confinamiento.
  • Por último tenemos las relaciones de dominancia complejas en las que A domina a B, B domina a C, pero C podría dominar a A. Esta implica una estructura casi política del grupo, puesto que alianzas y contextos pueden variar las relaciones generales, esta forma podría resultar estresante, pero más por su complejidad (es como un episodio de El ala oeste de la Casa Blanca) que por su dureza.

Se había planteado, y se había vuelto un lugar común -aunque nada lo demostrase con datos- afirmar que los perros en libertad se relacionarían y estructurarían su relación sin establecer relaciones de dominancia/sumisión. Esto era bastante irracional y anticientífico, más lógico con los datos disponibles era pensar que los perros organizarían sus grupos con formas de dominancia “suave”, debido a los factores ecológicos. Yo mismo lo pensaba y casi todos los colegas con los que he hablado del tema compartían esta idea de relaciones jerárquicas suaves.

Pues no, esta investigación ha encontrado que los grupos estudiados usan una dominancia lineal estricta, la forma más “dura” de dominancia, la de los lobos cautivos y no la más relajada de los lobos en libertad. Debo reconocer que cuando conocí este estudio en el libro de Juliane me sorprendió absolutamente. Además son menos colaborativos que los lobos en varios aspectos, como la cría cooperativa de los cachorros. Jamás hubiera anticipado este resultado. Pero el estudio es robusto y consistente.

Esto, por supuesto, se refiere a la organización de la convivencia entre perros en un entorno de libertad y no aporta ningún argumento para justificar el maltrato y el abuso al convivir con ellos en casa y entrenarlos. Lo que también se explica en el libro de Juliane y que confirmó personalmente en la entrevista que nos concedió.

De este trabajo me habéis pedido las referencias varios compañeros, Juliane ha citado varios estudios, pero os dejo el enlace hacia el artículo que constituye el capítulo tercero de su libro, que es el que tiene toda la bibliografía y las conclusiones que ella expuso.

Sobre la adopción de perros en albergues

También nos comentó uno de sus trabajos en curso, el estudio objetivo de las expresiones faciales caninas a través de FACS (Facial Action Coding System). Aunque están empezando esta línea (pero ya publicaron el año pasado sobre ella nada menos que en PLOS ONE) ya han encontrado una unidad de acción concreta muy sencilla, la AU101, que han demostrado ser característica más relevante para que un perro sea adoptado en un albergue, por delante de color, movimiento de la cola, tamaño o otros factores. Una investigación que puede tecnificar y mejorar la gestión de albergues y protectoras, además de dotarnos de herramientas neutrales para estudiar las expresiones de los perros.

Cognición física frente a cognición objetual

De lo que menos hablaré es de la parte más extensa del seminario: el estudio de las capacidades cognitivas caninas. En primer lugar porque es menos novedoso para quienes seguimos la investigación en el área, pero además requiere explicaciones más complejas y detalladas de las que puedo ofrecer en este formato, puesto que es la más “práctica”: hay que ver los diseños y los videos de los experimentos para que sea sencilla de entender y productiva.

Sí señalaré que expuso la gran capacidad social que tienen los perros para aprender y relacionarse eficazmente con las personas. En contraste está su menor capacidad cognitiva para entender y gestionar el ámbito objetual.

También insistió en la importancia de adoptar un enfoque eco-evo-devo para estudiar y entender el comportamiento de los perros, abandonando la visión «aprendizaje versus instinto», tan arraigada en algunos sectores del entrenamiento.

Al entrevistarla explicó que, sabiendo cómo es el funcionamiento cognitivo de los perros, ella se desespera mucho cuando ve como muchos entrenadores y ópticas de entrenamiento usan principalmente información y capacidades de aprendizaje relacionadas con el ámbito objetual, llegando incluso a evitar las indicaciones y comunicaciones de índole social durante los procesos de enseñanza/aprendizaje, que son las que mejor podría emplear el perro para aprender y mejorar su relación con nosotros mientras lo hace.

Juliane Kaminski acaba de pasar por el Instituto Tecnológico EDUCAN como un auténtico huracán. Y la entrevista que nos concedió va a hacer lo mismo por todo el mundo del perro.

Como le dijeron a Fry: ¡¡¡Bieeeeeenvenidos al futuro!!!

Comentarios:


  1. Ostras…. Nuevos datos muy jugosos….y polémicos ( y tanto que van a dar para hablar mucho tiempo ).
    Yo resaltar sólo el primero de ellos. Si realmente se demuestra que son 30.000 años en vez de 15000 sería un bombazo ( necesito info extra contrastada de revistas especializadas ). Toda la teoría de la domesticación del matrimonio C a la basura ( con lo bien que encaja joder ) y hasta el experimento de Belyaev se tambalea….. Ay mi madre…..sacrilegio, a la hoguera, jajajaj

    • Ya está demostrado Iñaki, precisamente por ello es por lo que es revolucionario. La datación es incontestable, son nuestros coleguitas hace 30.000 años 😉

      Y todo lo del seminario no va a ser ni la mitad de polémico que la entrevista. Eso te lo aseguro.

  2. Rosa Rojo - noviembre 25, 2014

    Madre mía qué interesante. Estoy alucinada con todo lo que me queda por aprender…qué pena estar en el paro y no poder asistir a estos seminarios… espero aprobar el curso para poder trabajar e invertir mi tiempo y dinero en esta vocación tardía aunque muy muy gratficante. Amo a los animales y a los perros en particular. Gracias Carlos por el artículo

  3. Jose Carlos - noviembre 25, 2014

    Recuerdo un estudio del comportamiento de una jauría de perros ferales presente en el humedal de La Conejera (Compartir-Suba, Bogotá, Colombia), en donde ya se dejaba entrever esa dominancia lineal, aunque muchas personas apuntaban a que se esos grupos no eran estrictamente familiares, de ahí que las relaciones fueran tan tensas, respecto a las manadas de lobos: http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/actabiol/article/view/27571/27815

    Por otro lado, creo que hay que corregir, cuando se habla del origen del perro, la palabra perro por lobo.

  4. El seminario ha sido muy interesante por los conceptos novedosos que evidentemente al menos tienen que movernos a pensar. Pero ha sido espectacular la ponente, por su empatia, por su forma de explicar los temas y por su paciencia. Así que juntando ambas cosas novedades + forma de dar el seminario la Profesora Kaminski, ha resultado un fin de semana ESPECTACULAR. Gracias a los organizadores. Seguid así, aunque nos arruinemos……

  5. Jose Carlos - noviembre 25, 2014

    A mi me alegra especialmente lo que se indica sobre el origen del perro, porque yo jamás acepte la teoría de los Coppinger por motivos como los que se señalan allí, como por otros tantos.

    La Antropologia ha datado en muchas ocasiones como los primeros humanos, hembras (mujeres), alimentaban a las crías de otras especies con sus propias mamas, algo que se da todavía en algunas tribus amazónicas, por ejemplo. Esto nos hace pensar que sería más factible que los humanos se hicieran con cachorros de lobos y los troquelasen al hacerse cargo de ellos.

    Además está el hecho de que los que realmente eran efectivos cazando en esa época (y en la actual), eran los lobos, y no los humanos, por lo que en cualquier caso, seríamos nosotros los que iríamos a remolque de las manadas para carroñear sus sobras, y no al contrario como trataban de indicar los Coppinger.

    Lo que me ha sorprendido más es que los lobos tengan esa capacidad de colaboración interespecífica; que son más colaborativos que los perros, se ha mencionado en varios estudios, entre ellos recuerdo el del Centro de Ciencia del lobo en Ernstbrunn, Austria (hablaba de la capacidad de los lobos de seguir nuestra mirada).

  6. Muy interesante. Sólo una cosa, entonces los que cazaban con nosotros hace 30.000 años ¿eran perros o eran lobos?

  7. Kike con K - noviembre 25, 2014

    Una pena no haber podido asistir. Gracias por el artículo. Didáctico como siempre.

  8. Lamentablemente me perdí la primera hora del seminario por lo cual no pude escuchar lo que expuso acerca de el posible inicio de la domésticacion del perro hace 30000 años y no 15000 (aunque los coppinger no dicen que esa es solo la posible fecha del inicio del proceso de domésticacion, sino que dan la posibilidad a un inicio anterior),como nos hacen suponer los hallazgos arqueológicos, cuando tenga acceso a los videos le prestare especial atención, aunque me gustaría saber cuales son los datos al respecto a los que te refieres Carlos.

  9. Uffff… la de gente que se va a llevar un «Zas, en toda la boca». Polémica de la que me gusta y novedades de las que realimentan la mente sana…mente.

    El que se haya certificado que las primeras relaciones entre hombre y lobo date hace 30.000 años es un punto muy interesante y, en cierto modo, gratificante. Ahora bien, eso por sí solo no tiene por qué invalidar por completo la teoría de Coppinger, al menos no más allá del hecho de que no fuera hace 15.000 años si no 30.000 cuando surgió «un primer tipo de relación». Del mismo modo que las sociedades humanas han evolucionado de diversas formas en todo el mundo, las relaciones entre el ser humano con respecto a otras especies como, en este caso, el lobo entiendo que no tiene porqué ceñirse únicamente a ésta última teoría de los 30.000 años. Al menos es como yo lo entiendo. Otra cosa es pensar en cuál de estas dos teorías “floreció” de una forma más estable y continuada como terminar evolucionando al lobo como animal de compañía: al perro. Pero claro, supongo que habrá que profundizar más en los textos que documentan ésta última teoría o, al menos, presenciar/visualizar el seminario.

    Gracias por adelantarnos cosas como ésta, Carlos.
    Un saludo.

    • Hola Ismael,

      El problema para mantener una teoría doble, planteando que en el paleolítico se domesticaron algunos lobos a través de la caza colaborativa y en el mesolítico otros a través del carroñeo de las poblaciones establecidas, está en los pocos eventos de domesticación que se ha comprobado que existieron. Cinco o seis eventos hacen que la doble selección sea una hipótesis frágil. Además cuadran menos con la idea del carroñeo, que hubiera debido favorecer múltiples eventos por lo poco exigente y frecuente de las condiciones de contacto.

      Por supuesto pueden surgir, a la luz de estos datos o de otros posteriores, nuevas hipótesis además de la propuesta, pero lo cierto es que en el marco que ahora conocemos (paleolítico y escasos eventos de domesticación) la teoría propuesta por Juliane es bastante sólida.

  10. Por supuesto, Carlos. Para nada estaba cuestionando la teoría propuesta por Juliane, ya que en primer lugar no tengo ni la formación ni la experiencia adecuada como para cuestionar algo así y, sobre todo, porque aún no he tenido el placer de disfrutar de los estudios en los que se basa la teoría que plantea (y ganas no me faltan). Tan solo quería considerar la posibilidad de que una teoría no tiene porqué «pisar» a la otra ya que, según sus definiciones, no es descabellado pensar en que pudieran coexistir en algún momento. Y si por el contrario,la teoría del carroñeo no no pudiera ser factible, más bien sería, tal y como comentas, por la poca consistencia de la misma, que hace que caiga por su propio peso.

    • Hola Ismael,

      Las teorías deben cuestionarse, eso sin problema. De hecho otros compañeros defienden el comensalismo del hombre respecto del lobo u otras alternativas. Lo que comentaba es que al comprobarse que los eventos de domesticación son muy escasos y todos en Eurasia es extremadamente difícil que coexistieran dos formas de contacto inicial, que hubieran dado lugar a vías de domesticación diferentes que funcionaran en paralelo.

      Además recordemos que estas hipótesis son más o menos probables, pero muy difícilmente demostrables al 100%. Si descubriésemos que los primeros contactos hubieran sido antes de que nuestros antecesores consumieran carne (algo que es científicamente muy, muy, muy improbable, solo lo uso como ejemplo)la hipótesis del mutualismo no sería consistente.

      La base del pensamiento científico es cuestionar las cosas y pensar de manera novedosa sobre ellas. Así que eso hay que hacerlo a full.

  11. Jose Carlos - noviembre 26, 2014

    Yo soy uno de los que defiende el comensalismo del humano respecto al lobo.

    Otro dato a tener en cuenta, si no se aportó ya, es que el hombre se hizo sedentario en el neolítico, con la aparición de la agricultura, hace unos 10.000 años. Esto hace que sea complicado que hace 30.000 años, los lobos se establecieran cerca del humano para carroñear sus sobras y porque actualmente en los ecosistemas «sanos», de las sobras de lo que el lobo caza, se benefician una gran cantidad de especies, como superdepredador que es (y que el hombre no era ni por asomo hace 30.000 años).

    En esto además, entre en juego los procesos de habituación de ambas especies, y que más adelante darían lugar a procesos de troquelado (mutuo) que permitiera la domesticación del lobo (ojo, la domesticación del perro no existe, el perro ya es una subespecie domesticada).

    Un estudio que ha creado mucha confusión en este aspecto y que es reciente: http://www.nature.com/nature/journal/v495/n7441/full/nature11837.html es el que nos habla de que los perros hicieron una adaptación en su dieta para poder ingerir almidón. Por alguna extraña razón, a la gente (incluyendo a la prensa), le dio por vender el cuento de que los lobos fueron domesticados por esos cambios en su alimentación, y eso, yo que tuve la ocasión de leer el artículo completo, no lo dice el citado estudio en ningún sitio.

    Son los perros los que hicieron esos cambios, no los lobos.

  12. Hola Carlos!! A mí también me gustó mucho el seminario y ella también, muy cercana y algo que valoro mucho de las charlas en inglés, es que se la entendía!! Hablaba concisa y, aunque estuviera Luis Souto al pie del cañón, es de agradecer poder mantener atención en el discurso original.

    Respecto a la dominancia, hace poco en el laboratorio alguien publicó un estudio acerca de que el lobo colaboraba más con sus congéneres que los propios perros, que mantenían posiciones más coercitivas entre ellos. Personalmente, algunas veces pienso que es lógico y quizás es una consecuencia directa de tantos años de domesticación. Con los perros sin querer muchas veces practicamos más la limosna y la coacción que la cooperación casi sin darnos cuenta. ¿Es posible que la dominancia lineal vaya de la mano de la propia domesticación? Ya en sus tiempos, Contantino instauro el cristianismo de clara dominancia lineal para mantener calmadito y dócil al pueblo. Lo sé, se me va un poco, jeje

    Aún así, yo hace poco tuve la suerte de ver como mi perro, que siempre intenta perseguir conejos sin suerte ninguna, pudo atrapar a uno porque entre varios amigos perrunos le prepararon una emboscada. He de decir que aunque lo sentí por el pobre conejo(creo que murió de un ataque cardíaco), mentiría si no admitiera haberme emocionado viéndoles cazar y colaborar de verdad entre ellos.

    Y después de la AU101, ya lo entiendo todo!! Ya sé porque soy incapaz de enfadarme con mi rubio, con su AU101 casi permanente, jajaja

    Muchas gracias Carlos por la emoción que le pones, echaba de menos en el blog las entradas que hacen reflexionar y replantearse las cosas. Deseando estoy de escuchar la entrevista!

  13. Jose Carlos - noviembre 26, 2014

    Yo creo que los perros son menos colaborativos por la neotenia que presentan, que también pienso que es la responsable de que parezca que nos prestan más atención (como cualquier cachorro hace con sus progenitores) que los lobos. Es una falta de madurez en su comportamiento.

    Aún así, los perros si que llegan a colaborar entre ellos en temas como la caza. Hay casos datados de perros asilvestrados que han dado caza a grandes ungulados, pero en mi opinión, no podemos generalizar nunca con ellos debido a que presentan distintos grados de neotenia.

  14. Jose Ignacio - noviembre 27, 2014

    Yo tambien estoy esperando como agua de mayo tanto la entrevista como los videos para ver con mas calma las explicaciones de Julianne Kaminski, puesto que en su intervencion «in-situ» no dejaba de alucinar con el chorro de conocimiento que me era cuasi imposible de asimilar.
    Coincido con Raquel en que «cuasi» se le entendia a pesar de su intervencion en ingles, dada la intensidad y emotividad con que nos hablaba, el resto, agradecer a Luis Souto su inestimable ayuda.
    Gran, Gran, Gran seminario, felicidades a EDUCAN,por conseguir semejante ponente y apuntarme al año que viene,si se repite, sin duda!!

  15. Alba Benítez - noviembre 27, 2014

    Carlos, me quedo con el último párrafo de este post!!! Qué ilusión me ha hecho leerlo! Era una pregunta que me quedé con ganas de hacerle a Kaminski y que me contesta ahora, a través de tu artículo. 🙂

    El martes, precisamente, le enviaba este mail a mi amiga Gloria Fernández (asistente también al seminario):

    «TEngo un montón de ganas de tener tiempo y repasar la bibliografía, leer artículos y digerir toda la info del seminario de este finde. Pero ahora, así de pronto, mientras hacía otras cosas, se me ha encendido la bombilla con una reflexión y te la comento para ver qué piensas tú.

    Es sobre el entrenamiento con clicker, que se basa en el conductismo más puro y duro.

    Siempre me ha chocado el hecho de qeu, durante el entrenamiento, esté prohibido gesticular de ningún modo o reforzar verbalmente. Me resulta bastante antinatural. Entiendo que el objetivo es no enturbiar el valor del sonido del clicker como reforzador secundario pero, si lo piensas, por qué descartar señales que podrían hacerle la vida más fácil al perro? Quiero decir, por qué no poder gesticular o expresar emociones durante el trabajo con clicker si el objetivo es enseñar, cuanto más eficientemente sea posible (cuanto más rápido y fijando el conocimiento lo máximo posible), un ejercicio al perro? La reflexión va en relación con todo aquello de las señales ostensibles…

    TE lo suelto así, tal como me ha venido, y sin estructurar. Igual es una paja mental, pero dale una vuelta y me cuentas qué piensas.»

    En fin, que me alegro de coincidir con el criterio de Kaminski. Eso me sube la autoestima, jaja.

    • Escribo este mensaje para comentaros que, como consecuencia de la migración de mi blog a la nueva página de EDUCAN, tenemos que «cerrar» La Caja Verde, durante unos días.

      He podido aprobar los últimos comentarios que se han hecho, pero no los que se hagan desde ahora y hasta completar el proceso, que se «perderán» en el ciberespacio.

      Cuando vuelva a estar operativo os lo indicaré igualmente para retomar el intercambio de opiniones por este canal.

      Como suele decirse, rogamos que disculpéis las molestias. Luego estará aun más chulo 🙂 🙂

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