Tripi

Tripi

Este fin de semana estaba impartiendo un seminario de olfato y hablé de Tripi.

Siempre que explico los beneficios del olfato hablo de Tripi.

Y justo al día siguiente Noelia, su mejor amiga, escribe para decirnos a todos que Tripi ha muerto.

Es difícil escribir sobre las personas importantes de tu vida, sean humanas, caninas o de cualquier otra especie, porque todo suena como ya dicho, todo parece poco valioso.

En el mundo del perro esto se multiplica, pues las palabras que hablan de los sentimientos más profundos han sido prostituidas por gurús que no tienen pudor en repetirlas hasta gastarlas para su propio engrandecimiento, sacrificándolas para iluminarse de buenrrollismo barato, lo que normalmente me molesta, pero hoy me enfada porque debido a ese uso negligente, egocéntrico y ligero no puedo usarlas para hablar de Tripi.

No me gusta encontrarme con que han robado o roto las mejores palabras cuando necesito escribir sobre las mejores personas.

Tripi era un labrador de dieciséis años que entró en mi vida junto con Noelia hace mucho tiempo, aunque no era ya ningún jovenzuelo, precisamente una de las grandes satisfacciones de mi vida profesional fue la prodigiosa recuperación de su alegría y de sus capacidades como consecuencia de incorporar trabajos de olfato en su día a día cuando la edad empezaba a afectarle.

Esa es una escarapela verde que Tripi me colgó en el ánimo para siempre y que siempre me refresca cuando lo recuerdo ¿cómo no mencionarlo cada vez? ¿cómo no compartir ese regalo con quienes quieren saber qué puede conseguirse con el trabajo de olfato? Gracias.

Tripi nos ha acompañado durante años, tumbado en una mantita al lado de Noelia, ha estado en seminarios y cursos, en nuestros diferentes centros, en el ayuntamiento de Brunete… Siempre contento de ver a sus amigos, fuera cual fuera su especie, y siempre dispuesto a hacer nuevos amigos.

Inicialmente no se notaban sus canas hasta que estabas cerca, porque se mezclaban con su color, fueron apareciendo poco a poco, ahora ya tenía su cara blanqueada por completo. Tenía el pelo algo rizado en el lomo y soltaba mucho, en el seminario con Irene Pepperberg, como se hizo en el Ayuntamiento de Brunete, estuve a su lado cepillándole con la mano para no dejar demasiado pelo allí ¡¡estaba encantado!! Contacto era cariño para él.

Los perros viven poco, no es posible cambiar eso. Pero sí el significado de ese tiempo: Tripi ha vivido en un mundo en el que las personas y los perros han sido compañeros confiables, en el que cada nueva experiencia era una promesa de diversión y cada nuevo lugar seguro y cómodo. Para Tripi el mundo, la vida, tenían el significado más hermoso, y eso ha sido gracias a Noelia.

Porque lo mejor que podemos hacer por quienes queremos es promover su felicidad, y con los perros tenemos la suerte -y con ello la obligación- de poder ayudarles a lograrla en gran medida

Y solemos ser negligentes, confundiendo el bienestar con la felicidad, lo suficiente con lo correcto.

Noelia nunca lo hizo, nunca se relajó, nunca dejó a Tripi en casa en lugar de llevarle con ella a divertirse e interacturar con el mundo, pero tampoco le pidió que hiciera nada, ni le puso en situación alguna que le hiciese dudar de que el mundo en el que vivía era un lugar bueno y seguro.

Noelia asumió su amistad con Tripi como un cargo del que se debe estar a la altura, sin descuidos, y eso dio a Tripi la posibilidad de disfrutar completamente de su tiempo.

Noelia ha dado a la vida de Tripi el mejor de los sentidos, adensándola y haciendo que sea triste que haya acabado, pues era plena y cada momento resultaba valioso.

A cambio Tripi, no sabiendo vivir fuera de la felicidad, nos ayudó a todos a conseguirla cuando estábamos con él, siendo cariñoso y guasón. Es que me sigue haciendo sonreír recordar las cosas que hacía cuando estábamos juntos.

Por eso es triste que acabe, porque ha sido alegre mientras duraba.

Y porque cada persona, sea de la especie que sea, tiene una manera de estar, de interactuar, que es única y que se pierde para siempre con ella. Nadie (me/nos) saludará moviendo todo el cuerpo mientras se acerca con los ojos entornados y la boca entreabierta como lo hacía Tripi, esa forma de ser y de querer ya no existe y es justo y bueno estar tristes.

Estoy triste, pero no me descuido, es Noelia quien leerá esto, no Tripi, y lo que más me importa es recordarle lo que ha hecho: ha logrado que otra persona sea feliz, que el tiempo de Tripi tenga sentido y que este haya sido para él el mejor de los mundos. No es posible hacer más, no es posible hacerlo mejor.

Y quiero recordarle quién ha sido: la mejor amiga de Tripi, aquella que cada día -discretamente y sin grandes palabras- cultivaba para él la felicidad.

Gracias Noelia.

Adiós Tripi.

Inserto el video de homenaje a Tripi que ha preparado Noelia, así podéis verle de nuevo quienes le conocíais y conocerle quienes no: orejas al viento, narices al suelo, considerando el mundo un lugar estupendo y haciendo del mundo un lugar estupendo.