En adiestramiento de perros es común el uso de targets (dianas) que el perro debe contactar con alguna parte de su cuerpo para conseguir ser reforzado, siendo lo más frecuente que use su nariz o sus patas.
Los targets son una estructura de adiestramiento muy útil para enseñar con facilidad y consistencia una multitud de conductas: el entrenamiento de las zonas de contacto en Agility con la técnica “dos dentro dos fuera”, encender y apagar luces con la nariz, el comando “adelante”…
Los targets tradicionales son estructuras de adiestramiento fundamentalmente estáticas: el perro busca llegar al contacto con el target y su movimiento o conducta viene, bien de querer llegar al target o bien de querer seguir en contacto mientras el target se mueve, cuando el target se para el perro se aquieta para mantener el contacto, esto también facilita entrenarlos con estabilidad.
Sin embargo se ha achacado a los targets el lastre tradicional de enlentecer al perro cuando nuestro objetivo es que realice una serie de conductas muy rápidas al final de su adiestramiento, como sucede, por ejemplo, en Agility, donde el “dos dentro dos fuera” es considerada una técnica para “asegurar” mientras que, por ejemplo, el “running contact”, que no se entrena a través de targets, es una técnica para conseguir mayor velocidad, si bien más arriesgada.
Algunos adiestradores han conseguido minimizar esta carencia de los targets desarrollando una gran destreza al mover el target, esto ayuda, pero el perro siempre mantendrá una tendencia a buscar un punto final estático, además haciendo esto la atención del perro puede centrarse demasiado en el target en movimiento (he visto perros tropezar por no ver un obstáculo mientras seguían un target :() y desatender el resto de información del entorno.
La mejor manera de combinar la precisión de los targets tradicionales con la velocidad es a través del uso de targets dinámicos ¿Y, me preguntaréis, eso qué es?
Muy sencillo: Un target dinámico es una diana a la que el perro no sólo debe llegar sino que debe cruzar, el ejemplo más fácil es un aro. Cuando se enseña a un delfín es frecuente usar esta estructura para “guiarle” sobre cómo debe ser el salto que deseamos que realice, aunque los targets tradicionales (estáticos) son la estructura más común en el entrenamiento de delfines, los targets dinámicos son muy útiles cuando nos interesa tanto el “cómo” salte el delfín que el “dónde” lo haga (lo que se enseñaría perfectamente con el target tradicional.
Esto es perfectamente aplicable y aprovechable en los perros, pondré algunos ejemplos: cuando en agility queremos que el perro salte ciñéndose a uno u otro lado del salto no nos podemos plantear usar un target de patas (con una alfombrilla como plaza final) después del salto, porque el perro sabría dónde debe colocarse al salir pero enlentecería la ejecución, pues el perro debe pararse y luego continuar (como en el “dos dentro dos fuera”). Esto podría ser válido para los saltos de Ring Francés (y de hecho se entrenan habitualmente de esta manera) donde el perro debe pararse en el sitio adecuado después de saltar, pero no es la mejor estrategia en agility.
Igualmente al querer ceñir un perro a los escondites de RCI no es lo más conveniente usar targets estáticos porque pararíamos al perro después de cada registro, teniendo que reactivarle para continuar.
Sin embargo sí que podemos enseñar al perro una estructura de target dinámico pasando por un aro, así, después podremos colocar los aros no donde queremos que llegue el perro como sucede con los targets estáticos, sean alfombrillas, sticks, la mano o cualquier otro elemento, sino por donde queremos que pase, cuando el perro pasa por el target dinámico conseguimos cuatro ventajas:
- Primero: No se frena para llegar al target, sino que acelera para pasarlo a toda velocidad, con lo que no habrá pérdida de velocidad ¡todo lo contrario!
- Segundo: El perro no debe esperar una orden para “romper” el contacto con el target y continuar, por lo que es más fácil enlazarlo con otro comando o indicación.
- Tercero: Si hemos situado bien el target dinámico no sólo conseguimos la correcta realización del ejercicio anterior, sino que facilitamos en el perro el enfoque óptimo para el siguiente.
- Cuarto: Retirar la estructura y dejar que permanezca el aprendizaje es mucho más fácil, porque el target tradicional consigue una acción final: cuando tocas el target has tenido éxito, mientras que el target dinámico enseña un patrón motor: si saltas o sales del revir de esta manera concreta pasarás el target mejor y más rápido, lo que crea una memoria muscular y es auto-reforzante, pues el perro aprende una manera de saltar o de salir del revir (el “cómo” realizar la conducta que decíamos antes), que hará suya, pues le permite moverse con más eficacia.
Como digo los targets dinámicos son una de las estructuras que, en mi opinión, van a ser más utilizadas en un futuro próximo para los entrenamientos de perros que requieran velocidad y precisión (así que mi amigo Pablo Caballero debe tomar nota). Dentro de poco estoy seguro de que se comercializarán un sinfín de productos que nos permitan aprovechar esta fantástica estructura de adiestramiento que ahora mismo sólo utilizan ocasional y parcialmente algunos adiestradores concretos.
Sí quiero mencionar aquí al excelente adiestrador Juan Carlos Aparicio que ha sido de los primeros en ver el potencial de los targets dinámicos e incorporarlos a su entrenamiento de manera sistemática ¡Y él no ha necesitado trabajar con delfines para darse cuenta de su potencial!