El curso EDUCAN de Técnico en Terapia Asistida por Perros (TTAP)

Quienes me conocen son conscientes de que la Terapia Asistida por Perros (en adelante TAP) en nuestro país no sigue una línea que yo comparta, por supuesto respeto todas las propuestas -formativas y operativas- serias de TAP, pero creo que algunos planteamientos son más eficaces y consistentes que otros. Y los que han arraigado en España me parecen menos interesantes que algunas de las alternativas posibles.

Por esto me ha llegado un aluvión de mails consultándome sobre el curso de Técnico en Terapia Asistida por Perros (en adelante TTAP) que EDUCAN ha incluido en su calendario para ser impartido a partir de Enero. Es razonable: si las propuestas actuales no me parecen interesantes es de suponer que la nuestra planteará una alternativa y que no será similar al resto de la oferta formativa sobre esta especialidad, si no fuera así no tendría sentido.

Como la mayoría de la gente que nos está consultando (a EDUCAN o a mí directamente) conoce la empresa y este blog creo que explicar nuestra propuesta aquí nos evitará tener que hacer “corta y pega” en varios mails al día. Menos trabajo y una comunicación más eficaz 🙂

Las opciones más comunes de oferta formativa para TTAP son dos: una ofrece un ciclo de ponentes muy amplio y con conocimientos profundos sobre la TAP en una especialidad concreta (por ejemplo: vamos de EDUCAN a exponer y comentar nuestro proyecto de terapia para enfermos de cáncer y familiares de enfermos), la otra opción se centra en dar formación aplicada básica de psicología, fisioterapia y otras áreas, de manera que el TTAP conozca los diseños de terapias para colectivos concretos, tales como ancianos, menores infractores o diferentes discapacitados psíquicos.

Siempre partiendo del respeto a cualquier profesional que oferte formación o TAP, creo que estos dos modelos tienen limitaciones importantes.

¿Qué es lo que no me convence de estas opciones?

El primero, los ciclos de ponentes especializados, creo que son de mucho interés para quienes ya conocen la operativa de la TAP y llevan tiempo ejerciendo como TTAP, pues les permiten conocer enfoques distintos que amplían su visión profesional, permitiendo que se acerquen a la TAP en otros colectivos que aquellos que normalmente tratan, consiguiéndose que la exposición de los diferentes especialistas les enriquezca con la importación de técnicas o protocolos complementarios a los que ya conocen.

Sin embargo como primer acercamiento formativo no permite aprender protocolos generales, ni el seguimiento de un programa formativo progresivo, pues muchos de los enfoques aportados son muy distintos y apenas está el neófito “digiriendo” uno cuando se le presenta otro diferente, lo que genera confusión, porque la información presentada de este modo necesita de un enfoque crítico para ser analizada (con provecho) del que no está provisto quien inicia su andadura en la TAP. Además, como es lógico, los ponentes no pueden responder preguntas sobre los otros trabajos presentados sin introducir un sesgo favorable o negativo, convirtiéndose este tipo de formación en un ciclo de conferencias con un hilo conductor demasiado débil para que el alumno consiga una formación consistente, por lo que al final tiende a imitar los modelos de terapia cuyos expositores resultasen más brillantes o convincentes.

El otro modelo, el que aporta formación técnica de psicología, fisioterapia y otras disciplinas mayores relacionadas con la TAP para poder tratar a colectivos concretos, no me convence más que el anterior. Es cierto que en este caso se dan conocimientos consistentes sobre diferentes problemas y que la formación, si está bien estructurada, puede ser recibida y procesada por quien no tiene conocimiento previos de TAP, en este aspecto es un modelo más interesante para quien empieza que el anterior, que requiere de experiencia para ser aprovechado.

Pero sin embargo tiene otros problemas, en primer lugar la labor del TTAP no es determinar las necesidades terapéuticas del sujeto de terapia, pues no está suficientemente cualificado: son los psicólogos, fisioterapeutas, neurólogos… quienes conocen en profundidad la problemática de cada sujeto y quienes pueden y deben decidir qué se debe buscar en la TAP. Ningún TTAP puede tener la suficiente formación para suplir a todos estos especialistas, pongamos un ejemplo real: el otro día me llamo la madre de un niño que nació muy prematuramente, lo que causó problemas neurológicos que han afectado a su movilidad, para su recuperación debe producirse mejora neurológica, ese es uno de los objetivos de la terapia, por ello los responsables técnicos de su mejoría son un neuropediatra y una fisioterapeuta ¿Qué curso de TTAP me ha dado instrumentos para diseñar y poner en marcha una terapia para este niño? ¿Realmente alguien cree que es el TTAP el que debe de tomar decisiones de qué debe buscar la terapia en este caso? Son el neuropediatra y la fisioterapeuta los que nos deben decir cuál es el objetivo de la TAP, la labor del TTAP es saber si esos objetivos se pueden conseguir con la TAP y, en caso afirmativo, saber cómo consiguen esos objetivos a través del trabajo con/del perro. Además normalmente realizaremos la terapia para entidades que llevan tiempo de trabajo con los sujetos de terapia, tienen su plan de acción ya estructurado, un conocimiento profundo de los sujetos de terapia y no nos van a dejar “probar” lo que se nos ocurra, al menos no en los sitios serios.

El segundo problema que encuentro en este modelo formativo es que aporta un modelo de terapia para cada colectivo basándose en los problemas más comunes de dicho colectivo, pero en muchos casos se nos pueden demandar mejoras en áreas terapéuticas diferentes a las usuales y el TTAP debe poder adaptarse y no intentar imponer “su” modelo de terapia. Pongamos un ejemplo: nos han enseñado que los ancianos deben hacer ejercicios de mejora de la motricidad y nos llaman de un geriátrico para hacer TAP, pero resulta que este centro tiene varias actividades (paseos por el campo, tai-chi, natación y fisioterapia, por ejemplo) que mantienen perfectamente a los ancianos y resulta que los yayos se mueven mejor que nosotros 😮 ¿qué sentido tiene que intentemos ejercicios de mejora de motricidad? Sin embargo a lo mejor ese geriátrico tiene un particular interés por la mejora cognitiva en los ancianos (algo mucho menos usual), debemos adaptarnos a los objetivos terapéuticos de la entidad, no al revés.

Por ello este segundo modelo es, en mi opinión, útil para introducirse en la TAP y para tener una visión general de los objetivos de trabajo y la manera más común de obtenerlos, pero resulta rígido, complicado y en ocasiones insuficiente para iniciarse en la práctica profesional real.

¿Cuál es, entonces, el modelo que nosotros planteamos como alternativa a estos dos?

Nuestro curso busca dar conocimientos de en qué áreas puede ayudar la TAP (motricidad, integración social, entrenamiento atencional…), qué ejercicios se pueden realizar con los perros para cada una de estas áreas de mejora, cómo entrenarlos, cómo ordenarlos en forma de sesiones y cómo llevarlos a cabo con los sujetos de terapia en los entornos de terapia.

Proponemos que el TTAP ofrezca al psiquiatra, neurólogo, fisioterapeuta… un “menú” de áreas en las que la TAP puede ser útil, pues estos profesionales no tienen por qué saber (y de hecho no suelen saberlo) dónde puede ayudarles la TAP, en base a este “menú” elegirán aquellas áreas que le convenga, a su experto entender, al sujeto concreto de terapia y después, en equipo con el TTAP, escogerán los ejercicios más adecuados de los disponibles y diseñarán, también en equipo con el TTAP, las sesiones de trabajo, que el TTAP podrá llevar a cabo después. Sin que el TTAP en ningún momento “usurpe” las funciones de los especialistas en cada campo, sino que los complementará y trabajará en equipo con ellos. Tampoco ofrece una visión predeterminada de lo que la terapia aportará a cada colectivo, sino que adaptará las áreas de mejora a las necesidades de cada caso concreto.

Sí que mantenemos en nuestro modelo la operativa de juegos de rol (simulaciones de situaciones de terapia) que es común a todas las opciones formativas, si bien, como opción de mejora de la calidad de las sesiones, todas la fichas de sujetos de terapia simulados están sacadas de perfiles reales de sujetos de terapia y han sido elaboradas por profesionales del sector. O sea que no nos “inventamos” nada, con lo que la cercanía a la realidad es la máxima posible.

Espero que este larguísimo 🙁 artículo deje claras las diferencias (y los motivos de estas diferencias) de nuestro curso con respecto a otras opciones, que, reitero, respeto, pero en mi opinión tienen una serie de limitaciones que intentamos superar con nuestra propuesta formativa.