Sergio Perello y Murguia Jim: el druida y el espíritu.

Publicado el 24 de octubre de 2017

Sergio Perello y Murguia Jim, el druida y el espíritu elemental.

Pocas cosas me gustan más que hablar bien de otros profesionales del mundo del perro, particularmente si, como es el caso de este post, no les conozco y no tengo que moderar mi entusiasmo por el pudor inevitable al hablar de quienes se quiere. Y pocas veces me lo ponen tan fácil como en esta ocasión.

Sergio Perello y su perro, Murguia Jim, criado por Óscar Murguia, han quedado subcampeones de Inglaterra y séptimos en categoría Supreme. Ningún español había conseguido algo así.

Cuando lo supe –aquí lo cuenta Óscar Murguia– sólo la alegría me pudo sacar del shock. Porque pienso en todo lo que supone que un español, con un perro criado en España, lo haya logrado. Me parece una noticia gigantesca para el adiestramiento en nuestro país, una tan grande que no es justo que no reciba la atención y reconocimiento que merece por todos y cada uno de quienes nos llamamos a nosotros mismos entrenadores.

Me explico.

Cuando hace muchos años –casi veinticinco- conocí el pastoreo con perro en el concurso de Oñati me pareció una disciplina difícil y hermosa.

Al igual que en las especialidades de protección el perro debe escucharnos y dejarse guiar delante de lo que más le atrae, pero el figurante es solo uno y durante los entrenamientos podemos controlar perfectamente qué hace y cómo lo hace.

Al igual que en el rescate el perro debe trabajar a distancia y combinar autonomía y capacidad de decisión con la necesidad de coordinarse con nosotros, aceptando nuestro rol directivo. Pero con ovejas (o gansos, o vacas…) de por medio. Literalmente.

Al igual que en las pruebas de caza el perro debe interactuar de manera autocontrolada ante presas que desearía perseguir y morder, pero aquí son muchas, están siempre a la vista y no aparece cobro ni nada que pueda parecer que cierra una activación predatoria.

Cuando conocí el pastoreo con perro me pareció difícil y hermoso, pero no fue hasta que, encontrándome en el Reino Unido, acudí a varios de sus campeonatos que me apercibí de lo lleno de matices que estaba, de lo que podía llegar a ser.

Aquella gente del Reino Unido no me parecieron adiestradores excelentes sino magos, porque lo que hacían no solo era algo que me sentía incapaz de lograr, sino que no podía ni empezar a imaginar cómo llegaban hasta ello: contenidos y sobrios, guiaban con un aplomo y confianza que hacía pensar que nada podía salir mal, que sencillamente estaban ayudando al mundo a funcionar de la manera en la que debía hacerlo en ese momento, en la que quería hacerlo.

Todo tenía un filtro sobrenatural. Aquellos perros sutiles e inteligentes, parecían saber cómo controlarse ante su propio entusiasmo, dosificándose para disfrutar al máximo de la situación, como expertos en vino en una cata sabrosa y compleja, donde dejarse desbordar por el deseo puede estropear los matices de la experiencia, pero no sentirlo la vacía de sentido. Iban más allá de lo que se puede reconocer como instinto embridado por el adiestramiento, más bien parecían inspirados por la disciplina, como si pastorear fuera algo trascendente para ellos que solo se pudiera entender como un todo.

Y ahora Murguia Jim está entre esos espíritus elementales del pastoreo.

Y ahora Sergio Perello se ha convertido en uno de esos druidas que reordenan y manejan el mundo natural sin que parezcan esforzarse.

Y al hacerlo ensanchan el alma de todos los entrenadores, porque nos muestran que con buen trabajo, con entrega y amor por la disciplina se puede llegar a ser uno de esos personajes de Terramar que me parecieron los pastores ingleses cuando los conocí.

Porque nos hacen ver que, como decía el chef Gusteau, quizá todos podríamos lograrlo si trabajamos cada día para ser mejores que ayer. Si somos capaces de reconocer la excelencia de otros y, en lugar de intentar estropear su brillo con comentarios grasientos que la relativizan, reconocemos toda su maravilla.

Felicidades Sergio, Jim y Óscar, porque habéis logrado un hito extraordinario, pero sobre todo porque nos habéis hecho darnos cuenta de que es posible lograr cosas que parecen inalcanzables. Cuando nos recuperemos de la impresión y la alegría podremos empezar a aprender de vosotros.

Comentarios:


  1. Aunque no estoy metido en lo más mínimo en el mundo del pastoreo, esto no quita reconocerle el a Sergio Perello. Detrás habrá mucho esfuerzo para haber conseguido quedar subcampeón.

    Lástima, como apuntas, que esta noticia no reciba la atención que debería por parte de la mayoría de la gente. Como en todo, hay disciplinas más conocidas que otras (como IPO) y estas son las que captan toda la atención del público.

    Pero al menos desde aquí se le hace el debido reconocimiento 🙂

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