Trabajos grupales: cambiando el chip

Publicado el 6 de abril de 2016

Perricos en el agua.

 

Mi amiga Vanessa Martínez, de Educando Peludos y algo más me ha escrito, porque va a iniciar actividades en unas nuevas instalaciones, con la característica de que serán actividades grupales, y quería consultarme sobre cómo adaptar sus conocimientos como entrenadora y educadora desde el trabajo con un solo perro al trabajo con varios de manera colectiva.

Solo con lo anterior sé que Vanessa va bien encaminada, no por preguntarme a mí, sino por darse cuenta de que el trabajo con grupos de perros, sea para la actividad que sea, no puede ser una especie de sesión individual que se hace simultáneamente con muchos perros. Para performances ya está el Christo, con los perros (y más si son de clientes) las cosas organizaditas y seguras.

Le he tenido que decir también que la manera de estructurar actividades grupales es uno de los temas con manual y prácticas propias de los que vemos en nuestro curso AVANZADO, y que no podía explicárselo en detalle, por ser demasiado extenso (y algo injusto con quienes se apuntan).

Pero me fastidia no poder ayudar, así que le he propuesto hacer este post, que a nosotros nos sirve de publicidad para el curso AVANZADO (no para el que empieza ahora, que ya está casi completo, pero sí para los siguientes), pues así nuestros alumnos pueden conocer un poco más nuestra visión de este tema, y, si les parece interesante, tendrán un argumento para apuntarse.

Además es procrastinación de la buena para escaparme un rato del f*****g libro, mi cabeza vistiendo sus ganas de escaqueo de buen rollo con una colega, si la conoceré yo a esa pájara (¡¡mi cabeza!! No Vane, que es un amor).

Lo primero debemos abandonar ¡¡YA!! los modelos grupales basados en la realización simultánea de acciones de manejo: esas clases que, de principio a fin, son una especie de coreografía paramilitar donde varios dueños exigen a la vez, una tras otra, conductas rígidas a los perros, que nunca se encuentran libres ni tienen opción a actuar de manera autónoma. Esta forma de trabajar representa un modelo obsoleto, empobrecedor, ineficaz y en última instancia son un lastre para nuestra imagen y éxito profesional. Vamos que dan pena.

La correcta integración del perro en el núcleo familiar y en su entorno así como la calidad de vida del perro, su bienestar y su felicidad son ahora objetivos importantes para los propietarios.

Las actividades grupales son una manera óptima de lograr estos objetivos, atraer nuevos clientes y fidelizarlos.  Son una herramienta de negocio perfecta: dan buenos resultados, abaratan servicios, hacen clientes felices y comprometidos ¡¡y optimizan el tiempo de trabajo de los profesionales!! Puedo seguir…

…Resultan más económicos que los realizados de manera individual, potencian la interacción de perros y personas en un ambiente controlado y convierten el adiestramiento en una afición compartida entre el perro y su propietario. Los trabajos grupales son más divertidos que los individuales, ademas hacerlos bien  puede resultar sencillo para un entrenador cualificado.

Pero para lograr todos esos beneficios debemos estructurarlos de manera diferenciada según sus dos parámetros principales:

1 Target, debemos determinar (1) el tipo de perro que pueda acudir a ellas y (2) los objetivos generales, conceptuales, que buscamos 

No existen actividades grupales eficaces para todos los perros y para todas las cosas, así podrán ser para cachorros, para perros con problemas de miedo o agresión, clubes de olfato… Debes definir cuál es el target al que se dirige tu actividad y que objetivos se persiguen: socializar y educar, mejorar la gestión emocional… ¡¡divertirse!!

Con esto en la cabeza tendrás que ver qué recursos quieres usar: clases teóricas para propietarios, laberintos y casas de la risa, juegos de avanza y resuelve, enseñanza de estructuras para la gestión de las emociones, enseñanza de conductas de manejo, construcción del juego social coordinado, inducción social de calma… Obviamente estos son recursos de trabajo COGNITIVO-EMOCIONAL, que son los que usamos nosotros (y los que vemos en nuestro curso avanzado 😉 ;-), publicidad modo on), pero trabajes con trabajes tendrás una panoplia equivalente. Y no todo sirve para todo.

2 Duración, (1) objetivos concretos y tangibles a los que se puede llegar y (2) recursos de trabajo que nos permitirán hacerlo en el plazo definido.

Las actividades pueden ser de corto, medio o largo plazo, por ejemplo cuatro sesiones en un mes, sería absurdo intentar hacer ahí completar una terapia para gestionar por completo el miedo, pero sí sería posible enseñar al perro a autocontrolarse y darle recursos de afrontamiento de las situaciones problemáticas. Al no centrarnos en solucionar el problema, sino en construir las herramientas para solucionarlo podemos sacar buen partido de cuatro sesiones.

Las de medio plazo, permiten objetivos más ambiciosos, como los grupos de socialización, que si duran un par de meses con ocho sesiones pueden incluir la enseñanza de comportamientos para el manejo, la tenencia y la convivencia responsable del perro en su casa: además de saber relacionarse con otros perros podemos enseñarle a no tirar de la correa, a acudir a la llamada ¡¡incluso mientras juega con sus nuevos amigos!! y eso son solo ejemplos.

Y recuerda que debes definir esos objetivos tomando en consideración que pueda alcanzarlos incluso el binomio más torpe de entre los que se apunten, pero sin que eso limite a los que pudieran avanzar más. Cómo lograrlo es fácil con una didáctica afinada, pero eso sí que me lo reservo para los cursos 😉 ;-)-

Por último hay actividades de continuidad, que deberían poder seguir haciéndose hasta llegar a un objetivo definido de antemano y exigente, aquí si tendrían cabida actividades para trabajar hasta la solución los problemas de miedo y/o agresión (En Zaragoza Factor Amigo tiene en marcha una actividad grupal expresamente con este objetivo), también examinar a un perro de mantrailing entraría en esta categoría.

Sin definir todas estas cosas ANTES de plantearnos nada ni podemos hacer una publicidad adecuada, ni diseñar los objetivos, ni implicar a los clientes, ni ayudar de verdad a los perros. La base de un buen trabajo grupal es tener claro estos puntos y trasmitírselos a nuestros potenciales clientes para que se emocionen, se impliquen y saquen el jugo de la actividad. Porque cuando no lo explicamos con claridad: haremos esto, conseguiremos que el perro llegue hasta aquí en este tiempo… estamos siendo negligentes.

Y eso después lleva a ir llorando por esas redes sociales de Dios del poquito caso que nos hacen los clientes, y de lo poco que se comprometen ¿Cómo van a hacerlo sin saber exactamente qué buscan y cómo buscarlo 😛 ?

En todo caso Vanessa recuerda que…

#elÉXITOseaprende

#entrenarperrosesotracosa

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